Por Andrés Felipe Vargas S.
La cannabis fue traída a Colombia por los europeos desde el siglo XVI. Su cultivo y uso como narcótico está identificado desde 1920 pero no fue sino hasta la década de los 60 que comenzaron las exportaciones hacia Estados Unidos. Allí, desde el año 2010, 37 de sus estados han aprobado su legalización para uso medicinal o recreativo, dando empleo hoy a más de 321 mil personas.
En 2020 la industria del cannabis recreativo y medicinal de Estados Unidos aumentó 33 % y con una amplia variedad de productos, registraron ventas por más de 18.000 millones de dólares (65 billones de pesos colombianos aproximadamente), que generaron grandes ingresos tributarios. Solo en California, desde que la industria se legalizó en enero de 2018 hasta febrero del año 2020, se recaudaron más de 1.000 millones de dólares por impuestos a la venta y producción de cannabis.
Hoy en Colombia con el fin superar el déficit fiscal generado por la pandemia y promover la reactivación económica, no se tienen más ideas que proponer una reforma tributaria, en vez de cambiar de perspectiva como Estados Unidos dejando a un lado los prejuicios, para permitir nuevos mercados que favorezcan la creación de empresas y empleos