Un día Jesús se dirigió así a la multitud: “Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo les digo: Amen a sus enemigos y rueguen por los que los persiguen, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos... Ustedes, sean perfectos como es perfecto su Padre celestial”(5, 43-45.48).
Educar es la tarea por excelencia, promover al ser humano para que sea perfecto, según la invitación de Jesús, en que el secreto de la perfección es el amor....