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Jorge Giraldo Ramírez
Columnista

Jorge Giraldo Ramírez

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Medellín sin líder

Por Jorge Giraldo Ramírez
calia@une.net.co

Hace poco Moisés Wasserman recordó la diferencia elemental pero olvidada entre lo crónico y lo agudo, lo que requiere medidas inmediatas y “lo que exige políticas de largo término” (“Crónico y agudo”, El Tiempo, 09.01.20). Para nuestro público regional: una cosa es el Covid-19, otra el cambio climático. Los líderes se pueden reconocer ante ambos retos, añado. Ante el virus queda claro que en China y Corea del Sur hubo iniciativa y en Estados Unidos apenas reacción tardía y errónea. En Colombia también: Bogotá muestra liderazgo, el Palacio de Nariño apenas musita y Medellín, con más casos que Bogotá, guarda silencio.

Algunos problemas son crónicos y agudos. Es el caso de la contaminación del aire en Medellín. Es un problema crónico. Mi primera columna sobre el tema se publicó hace once años. En ese lapso hubo dos alcaldías y media, y sendos directores del Área Metropolitana. Hemos hecho poco. Lo más notable en el campo diagnóstico y muy poco en el remedial. Tenemos el Siata pero no moviliza. Primera propuesta: incluyamos en la información el número de muertes mensuales por enfermedades respiratorias agudas. Decía en esa columna que en 2008 habían muerto 32 niños menores de cinco años por esa causa. Ese es un indicador exigente y conmovedor.

Después de once años, logramos identificar cierta estacionalidad de la polución del aire en marzo y octubre. Este año el Área Metropolitana retrocedió dándoles facultades a los alcaldes para que se adhieran total o parcialmente al pico y placa ambiental. Envigado exceptuó Palmas y Girardota lo ignoró completamente. (El argumento del alcalde de este municipio es torpe, pues no hay una medida que por sí sola sea la solución.) ¿Y los alcaldes, las otras dependencias? ¿Salud dice algo, desarrollo, educación, planeación? Segunda propuesta: la Secretaría de Educación debe modificar el calendario escolar de acuerdo con la estacionalidad de la crisis. Cambiar una o más semanas de vacaciones por una o más semanas de marzo y octubre. Además, modificar los horarios para evitar los picos. Promover el trasporte colectivo escolar. A ver si los colegios privados aprenden y asumen su responsabilidad cívica con los niños y con la ciudad.

Medellín necesita medidas de choque, inmediatas, que hasta ahora han sido ocasionales y tímidas. Peor aún, ni el alcalde Quintero ni el director Palacio parecen tener idea de qué significa la palabra choque. De los diez puntos que el alcalde anunció, solo uno es de choque, el nueve que dice: “Se llamará al Gobierno Nacional para que integre una mesa técnica ambiental para tratar estos temas”. El diez, “creará un escuadrón contra las chimeneas”, es de corto plazo pero no de choque. (“¿Qué tan viable es el plan de Quintero contra la contaminación?”, El Colombiano, 10.03.20). Tercera propuesta: identificar medidas de choque serias, que duelan, si no duelen no chocan.

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