Estaba en una fiesta lo más de sabroso y alguien salió a bailar de una manera digamos poco agraciada, por no decir que se movía más un diente flojo. Otra persona la grabó en el celular y le dijo: «Ya mismo lo subo a las redes». Ella, que estaba feliz, siguiendo el dicho “baila como si nadie te estuviera viendo”, se puso pálida y le advirtió: «Nooo, cómo se te ocurre, me vuelvo un meme».
Esto me llevó a pensar que los seres humanos siempre inventamos nuevas maneras creativas de hacer daño. En el mundo actual el miedo a pasar del anonimato al desprestigio es cada vez mayor. A usted lo pueden amenazar diciéndole: lo voy a grabar y lo subo a redes. ¡Qué susto!
Me puse a investigar si existe algún término que defina el temor al desprestigio o a la mala fama y, por lo menos en castellano, no lo he encontrado. Tal vez exista en inglés, ya que los gringos son expertos en manejo de la imagen; o en alemán, que es un idioma que tiene palabras para todo. Si alguien la encuentra me la envía por favor. Por ahora, no hay un término que defina esta fobia. Por lo tanto, propongo uno: desprestifobia: dícese del miedo al desprestigio.
Ese miedo a tener mala fama está en todos nosotros porque, como dijo el Google de la Grecia antigua, Aristóteles, el ser humano es un ser social. Por eso el celular se ha vuelto un arma para defenderse o para atacar. El nivel del desprestigio es proporcional al nivel del éxito. Ustedes saben, entre más se sube, más duele la caída. Y más en una sociedad donde nos encanta ver caer. Sin embargo, no aplica solo a famosos o marcas, la desprestifobia se activa en relación con el núcleo que te rodea y del cual esperas una evaluación positiva.
Me gusta pensar en el uso del celular como dilema ético y moral. El poder de crear o destruir está en nuestras manos. El celular es el yin y el yang, ha democratizado la opinión y la barbarie, ha fomentado la empatía y el ludibrio. Imagine que alguna persona grabe un video o copie un chat donde ustedes dijeron o hicieron algo de lo que se arrepienten. No se trata de decir que está bien o que está mal, sino de despertar la conciencia a la hora de usar una herramienta tan maravillosa como el celular. Podemos usar un lápiz para escribir o para clavarlo en la piel de alguien.
Entonces, ustedes deciden como usar su celular. Eso sí, les recomiendo tener cuidado porque, así como lo pueden usar para exigir derechos, o denunciar algo —lo cual es útil y en muchos casos positivo—, también pueden acabar con la reputación de alguien que no se lo merecía. Incluso, como está la cosa, pueden publicar para desprestigiar a alguien y resultar desprestigiados ustedes. Los dejo, tengo que subir un video de una amiga bailando. Chao .