Nos informaron los magistrados de las altas Cortes que, por un lamentable error, interceptaron, o chuzaron durante seis meses, las llamadas telefónicas del gran presidente Álvaro Uribe Vélez. Que, de esas chuzadas, tenían unas 20.000 horas de conversaciones. O, por lo menos, eso entendí.
Esas 20.000 horas darían dos años, tres meses y doce días de grabaciones las 24 horas del día, sin ir al baño, sin comer, sin ir al Senado, sin ninguna otra actividad distinta a la de hablar por el celular. El error que dicen los magistrados, que no sabían a quién se estaba chuzando, se cae al oír a quien hizo las intervenciones. Le preguntaron unos periodistas de Caracol que si no se había dado cuenta del error ante una voz tan identificable como la del presidente Uribe. Contestó que sí, que se había dado cuenta y que al día siguiente informó que el chuzado no era A como le habían dicho, sino B que correspondía al señor presidente. De todas maneras, el error “involuntario” y las chuzadas ilegales, se mantuvieron. Esas son nuestras altas Cortes.
El senador Cepeda visitó las cárceles de Colombia y las de la Florida en los Estados Unidos, está libre. El senador Álvaro Uribe no estuvo en ninguna cárcel visitando detenidos, está en detención domiciliaria. El abogado del senador Uribe visitó unas cárceles para tener información sobre el caso de su cliente y está en detención domiciliaria, Cepeda sigue libre.
Tratando otro tema, la solidaridad por las comunidades más necesitadas, en las altas cortes no existe. Se creó un impuesto o aporte del 10 % sobre los que teníamos una pensión o sueldo mayor de diez millones de pesos. Todos lo aceptamos, no protestamos porque veíamos la necesidad de ayuda para los más golpeados por la pandemia. Quienes tenían el poder de aceptar o negar el aporte, que también lo debían pagar, las altas Cortes, lo tumbaron. Ni siquiera solidaridad con los más necesitados tienen, son primero ellos.
La señora Lina Moreno de Uribe, una verdadera dama, esposa del presidente Álvaro Uribe Vélez, publicó un comunicado sobre el tema de la detención de su esposo, de una altura y claridad que nos da ejemplo a todos. A quienes hemos opinado, a quienes han fallado y a quienes, con esos fallos, han actuado en política para mantener en detención domiciliaria al mejor de nuestros presidentes.
La prudencia de la señora Lina es ejemplar. Dice: “Mientras tanto nosotros, su familia más cercana, hemos guardado silencio.
“Necesitábamos atravesar el dolor para encontrar en él la prudencia y el pudor que tal vez, solo tal vez, sirvan para renovar un lenguaje desgastado por el rencor y los fanatismos políticos. A pesar de la divergencia de opiniones sobre la sentencia de la Corte, un lazo común las une: el llamado a acatar los fallos de la justicia. Los magistrados no son sólo magistrados. También son seres humanos que piensan, actúan, hablan, sueñan y, como no puede ser de otra manera, reciben la influencia de su entorno. Dicho con claridad: los jueces han permitido que sea el entorno y los intereses políticos los que dicten sentencia”.
¿Algo más claro?.