Hay problemas que son trágicos, que nos horrorizan tanto, que nos pueden llevar al silencio. El mutismo como defensa, mirar a otro lado para no enfrentar que en ocasiones, la realidad nos presenta lo bajo que puede caer el ser humano. Sin embargo, el silencio y la evasión no son solo cobardes, pueden ser cómplices: a falta de una acción decidida para oponerse a la injusticia, el inactivo termina siendo parte del problema, de la tragedia.
Unos meses atrás un periodista inglés retrató a Medellín como “el burdel a cielo abierto más grande del mundo”; más allá de los sentimientos encontrados de la mayoría de nosotros, que vivimos en la ciudad, el artículo retrataba una realidad particular que por el hecho de ser generalizada injustamente no dejaba de ser cierta.
La ciudad tiene que enfrentar el hecho de que la explotación sexual es una realidad y de que el turismo sexual, en particular, es un fenómeno que crece de la mano de la “internacionalización” de Medellín; y que aunque podamos descartar como un debate de moralistas el comercio sexual entre adultos consensuados, no podemos seguir mirando a otro lado con el problema de Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes. No podemos permitir que la indignación que podemos sentir como ciudad recaiga en que nos llamen de una forma incómoda y no en abordar una silenciosa tragedia que viven los miembros más vulnerables de la sociedad.
En algunas calles de nuestra ciudad, incluso las que frecuentamos diariamente, cerca de estaciones del Metro, en hoteles de exclusivas zonas de la ciudad –pero también en siniestros edificios en el centro de Medellín - la tragedia diaria de cientos de víctimas es recibida por buena parte de la sociedad con el mutismo y la evitación de la cobardía o la complacencia. En muchos de esos establecimientos y barrios la explotación se hace con la permisividad o el patrocinio de los mismos dueños y aunque los vecinos y transeúntes sospechan –o tienen certezas- sobre lo que sucede en esos lugares, las denuncias siguen siendo una excepción más que una regla.
No podemos permitir que ese silencio se mantenga.
Una oportunidad de apoyar algunos de los esfuerzos que se realizan desde la administración municipal y la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) para luchar contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes es vinculándonos a la campaña #No Permito la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescente, por ejemplo, asistiendo el viernes 8 de mayo entre las 4:00 p.m. y las 11:00 p.m. al Parque Lleras o el viernes 15 de mayo entre las 10:00 a.m. y las 5:00 p.m. a la Plaza Botero para que participemos dejando nuestra huella para rechazar este delito.
La segunda invitación es a romper el silencio respecto a la certeza o sospecha de delitos asociados a la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes; si conoce de un caso no dude en denunciar en los Centros de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS) o reportarlos en las Comisarías de Familia o a la Policía de Infancia y Adolescencia.