Los antioqueños tenemos que agradecer al gobierno actual por haberse acordado de nosotros para las obras públicas. El Presidente Duque y la ministra de Transporte han adelantado varias obras importantes para el país, pero que también benefician a nuestro departamento. Antioquia ha aportado buena parte del dinero para esas obras, pero, por fin, se han acordado de nosotros. Para otras regiones, igualmente importantes, se han construido puentes que hay que repetir, elevarlos un poco, carreteras que se amplían, que se les hace la doble calzada, que se arriman o se alejan del mar. El gobierno anterior construyó un puente que inauguró a mitad de la obra y, en su discurso de inauguración, dijo que obras de esa magnitud solo se vieron en el gobierno de Rojas Pinilla, obras para la foto, que apenas ahorraba trescientos metros en una vía de más de cien kilómetros. La mitad del puente construido e inaugurado duró pocas semanas después de la suntuosa inauguración.
Antioquia ahora sí podrá ir al Pacífico por una buena carretera nacional, podrá ir a Urabá y a sus puertos, que ahora se construyen, por una buena vía que, además, acercará el mar Caribe a todo el Occidente colombiano. Desde Nariño, Cauca, Valle del Cauca, los tres departamentos del Eje Cafetero y Antioquia tendrán el Caribe mucho más cerca.
Mirando hacia el futuro, en este caso sin pensar en Antioquia y si aspiramos a grandes inversiones extranjeras, debemos recordar una joya que tenemos en el Mar Caribe. En el mapa de Colombia, vemos una carretera costanera que recorre desde Maicao, en La Guajira, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, por las playas del mar Caribe. Es una vía que les entrega playas inmensas a los colombianos y a los turistas que visitan las playas del mar más hermoso del mundo. Esa carretera deja la costa en Cartagena y se va hacia el sur, para llegar a Montería, de donde sale para volver al Caribe en las costas de Arboletes, San Juan de Urabá, Damaquiel, hasta llegar a Necoclí.
En el trayecto entre Cartagena, Arboletes y Necoclí, hay unas playas que se las quisiera cualquier país del mundo. Yo he dicho que, si abrimos esas playas, Cancún quedaría como premio seco. Si se llegare a invitar a inversionistas en hotelería y en turismo, se podría construir esa vía que traería el turismo mundial y a los inversionistas en esa actividad tan importante.
Por fin, Antioquia encontró un gobierno que sabe que este departamento hace parte de Colombia. El anterior nos ignoró del todo, hasta alegrarse por la tragedia de Hidroituango y nos dio la espalda porque ese era un problema de Antioquia y los antioqueños lo tendríamos que solucionar.
Hoy ya nos miran como parte de Colombia, nos podemos sentir orgullosos de ser otra vez colombianos y trabajar, junto con el gobierno nacional, para hacer grande a nuestro país sin rencores egoístas