Obras por impuestos es una figura que permite a los contribuyentes pagar parte del impuesto de renta mediante la ejecución de proyectos de inversión específicos en zonas especiales. Ejemplo, un proyecto de agua potable. Es una herramienta muy poderosa que debemos fortalecer.
Durante el último mes, se presentaron dos noticias que ilustran lo anterior. Una buena y una mala. La buena. El Ministerio de Educación informó que, bajo la figura de obras por impuestos, dos empresas del sector privado ODL y OBC entregaron la dotación tecnológica de las sedes educativas de los municipios de Monterrey, Pore y Tauramena (Casanare), beneficiando a 11.619 estudiantes y 484 docentes. Las fotos que fueron publicadas muestran la cara de emoción de los niños y también de los docentes. Esto no tiene precio. Y ejemplos como este lo han replicado Nutresa, Ecopetrol, Bancolombia, Arturo Calle, Crepes & Waffles, Argos, Suramericana, Manuelita, Corona, entre otras.
La mala. Ubalá, municipio de Cundinamarca, ubicado en el corazón de la hidroeléctrica del Guavio. Queda a 120 kilómetros de Bogotá. Dependiendo de la hora de salida, según Waze, el tiempo de viaje puede ser de cinco horas, sin problema. Es decir, un promedio de velocidad de 24 kilómetros por hora. ¡Qué horror! En palabras de Carlos Vives, otra tierra en el olvido. En plena discusión sobre las tarifas y los costos de la energía, los ubalenses bloquearon el acceso al Guavio, para protestar por el abandono que los tiene anclados en el siglo XV, sin vías competitivas de acceso, y para protestar por la apatía de Enel —operador del Guavio— con la comunidad. Ante una nueva promesa, que seguramente será incumplida, levantaron el bloqueo. Casi se apaga la hidroeléctrica. Con la figura de obras por impuestos, hace rato se hubiera solucionado esta frustración de los ubalenses.
Estas dos noticias demuestran la diferencia entre tener o no tener obras por impuestos. El decreto 1208 de 2022 entiende esto. Hay que ser más creativos y arriesgados. Ir más allá. Fomentar las mesas regionales y desarrollar a fondo esta figura, con un programa agresivo y bien estructurado, porque el mecanismo de obras por impuestos tiene enormes beneficios:
1) Los impuestos llegan a donde deben llegar, como deben llegar y cuando deben llegar. 2) Muchos municipios que no tienen la capacidad técnica para ejecutar proyectos acá encuentran una solución. 3) El sector privado contribuye de manera solidaria, sostenible y eficiente a solucionar muchos retos del país. Su asociación con las universidades y el sector público transforma los impuestos en inversión directa, lo cual nos permite pensar por fin en misiones de alto impacto. 4) Ayuda a cerrar la brecha entre territorio y Estado. 5) Es un golpe a la corrupción activa y pasiva. 6) Tendremos miles de fotos de niños, docentes, adultos mayores y campesinos, entre otros, con cara de felicidad y de alegría por un futuro mejor y más equitativo. Y la lista de beneficios continúa. Con obras por impuestos, las palabras se vuelven acciones que transforman la vida de las comunidades más vulnerables.
Nota: El autor hace parte del consejo directivo de la Fundación Oleoducto Vivo, la cual tiene relación con algunas de las empresas mencionadas en la columna