Por Fabio Andrés Montoya *
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La historia del Famiempresario está ligada a la historia de Colombia, con bonanzas y crisis, tratando de progresar a pesar de las vicisitudes, lidiando con retos como la inseguridad, la necesidad de mayor educación, cayéndose y levantándose una y otra vez para sacar su negocio adelante y así mover a Colombia. El Famiempresario Interactuar del año con sus historias nos hace sentir optimistas, nos demuestra la calidad de seres humanos de sus protagonistas, el talento que hay en las famiempresas y el valor de ser empresario.
Esta pandemia nos ha mostrado un camino para continuar fortaleciendo la labor de las empresas micro, que abordamos desde cuatro frentes:
Acceso Financiero: según The Economist, Colombia viene haciendo una buena tarea en inclusión financiera. No obstante, hay mucho por hacer, los agiotistas siguen haciendo de las suyas. Durante esta pandemia el Fondo Nacional de Garantías y Bancóldex han hecho una gran labor; consideramos que para que la microempresa se reactive se deben mantener especialmente las líneas de garantías, al menos por el tiempo que le resta al gobierno Duque.
Transformación humana y empresarial: más que microcrédito, tenemos microempresas, y más que microempresas acompañamos a seres humanos. Por ello, consideramos fundamental trabajar en la mentalidad y hábitos empresariales de nuestra gente, para que trascendamos la subsistencia. Aquí hay temas clave como la apropiación y uso de tecnologías, el fortalecimiento de la mentalidad empresarial, la educación financiera, entre otros. En el Famiempresario tuvimos dos ejemplos, María Aidé de la Tienda la Ilusión, ubicada en el municipio de Ebéjico, que empezó su tienda vendiendo su propio mercado, y el de Oswal de Estanterías Medellín, quien nos muestra que esos “descartados sociales” son gente valiosa y pueden trabajar.
Inclusión a la formalidad: la formalización tiene dos desafíos: primero, los costos de ser formal son muy altos; segundo, la tramitología de la formalización es extensa y engorrosa. Creemos que el proyecto de Ley de Emprendimiento le aporta a esta problemática, pero igual seguiremos con retos y oportunidades en este aspecto; esperamos que el Congreso sepa sacar adelante una ley lo suficientemente buena para hacer los cambios necesarios. Así mismo, hemos propuesto la creación del Régimen Semilla, se trata de un escalón previo en la ruta de la formalización para los trabajadores por cuenta propia y las microempresas más pequeñas, donde con 50.000 pesos al mes puedan empezar a proteger su vejez, tener un seguro básico y disfrutar de algunos beneficios de la compensación familiar; además, podremos levantar información para conocerlos mejor y desarrollar programas de acompañamiento, generando cultura e incentivos para que sigan transitando en esa ruta de formalización y sea vista como una vía para el crecimiento sostenible de sus empresas.
Generación de relaciones de valor: esta pandemia ha hecho más evidente la necesidad de juntarnos de una y otra manera para salir adelante. En este Famiempresario tuvimos dos grandes ejemplos: Ascafés, en Támesis, trabajando por el desarrollo de cafés especiales y por los jóvenes para mantener la tradición cafetera; y Acefuver, en Chigorodó, fortaleciendo las familias cacaoteras y exportando.
Durante el ejercicio de seleccionar los finalistas al Famiempresario Interactuar del año tuvimos la oportunidad de escuchar muchas historias de empresas micro en medio de esta pandemia, historias que una y otra vez nos dicen optimismo; evidenciando que el ser empresario es un gran valor de nuestra sociedad y que estamos llenos de emprendedores que mueven a Colombia.
* Director Ejecutivo
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