El pasado miércoles 16 de septiembre, en el Morro de Tulcán de Popayán –una pirámide truncada construida en la época precolombina, donde existe un cementerio destinado en el pasado a rituales ancestrales–, fue derribada la estatua del sanguinario conquistador español, don Sebastián de Belálcazar fundador de la ciudad en 1536; los autores de la depredación fueron indígenas Misak, quienes protestaban contra las masacres recientes que también los han afectado. Esta obra de arte pagada con dinero público,...