Síguenos en:
El País
Columnista

El País

Publicado

Pan para el espíritu

$Creditonota

Por Nuccio Ordine

“No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro”. Unas palabras de Federico García Lorca sencillas pero iluminadoras, en un momento terrible en el que, debido a la pandemia, muchos Gobiernos han decidido dejar abiertos los supermercados mientras cierran las librerías y las bibliotecas, los colegios y los teatros. En septiembre de 1931 –cinco años antes de morir salvajemente asesinado por las milicias franquistas—, con motivo de la inauguración de la biblioteca municipal de su pueblo, Fuente Vaqueros, el poeta afirma que los libros son alimento para el espíritu.

Un discurso conmovedor que, de forma profética, llama la atención sobre la importancia de la cultura y la educación como instrumentos esenciales para la formación de los buenos ciudadanos y una comunidad solidaria: “Y yo ataco desde aquí violentamente –brama García Lorca– a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales, que es lo que los pueblos piden a gritos. (...) Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?”.

Cuatro siglos antes, en una página espléndida de sus Ensayos, Michel de Montaigne nos recuerda que no es posible educar solo el espíritu o solo el cuerpo: “No se forma un alma ni un cuerpo, sino un hombre; no hay que tratar a los dos por separado. Y, como dice Platón, no debe formarse una parte sin la otra, sino conducirlas a la par, como una pareja de caballos uncidos al mismo timón”.

Por lo demás, el propio lenguaje nos ayuda a comprender que las metáforas alimentarias son intercambiables: podemos “devorar” un libro, “digerir” una poesía, “metabolizar” una novela o tener “sed” de conocimientos; y la lista podría prolongarse mucho. En definitiva, por la boca pasa el alimento del cuerpo, pero también la palabra que alimenta la mente.

Es imposible reconstruir e un periódico el uso que se ha hecho de la metáfora del pan en el ámbito literario y filosófico a través de los siglos. No obstante, me gustaría detenerme un instante en un poderoso discurso de Victor Hugo que muestra coincidencias extraordinarias con la conferencia inaugural pronunciada por García Lorca.

El 10 de noviembre de 1848, el célebre novelista intervino en París, en la Asamblea Constituyente, con un vibrante discurso contra los severos recortes a la cultura propuestos por algunos ministros. Muchas de las objeciones que hizo entonces el escritor francés siguen teniendo hoy una actualidad aplastante. Frente al peligro de cortar las subvenciones a la cultura, Hugo demostró de forma convincente que era una decisión perjudicial y completamente ineficaz. Precisamente, cuando la crisis atenaza a un país es cuando resulta más necesario duplicar los fondos destinados al conocimiento y la educación de los jóvenes, para evitar que la sociedad se precipite hacia el abismo de la ignorancia. Hugo decía que, si la política no piensa más que en suministrar “iluminación a las ciudades”, existe el gran riesgo de que “caer la noche también en el mundo moral”.

Si pensamos exclusivamente en la vida material y los beneficios económicos, si pensamos exclusivamente en el pan para el cuerpo, ¿quién se encargará de encender “las antorchas de la mente”?: “Pero si quiero ardiente y apasionadamente el pan del obrero, el pan del trabajador, que es un hermano, quiero, además del pan de la vida, el pan del pensamiento, que es también el pan de la vida. Quiero multiplicar el pan del espíritu como el pan del cuerpo. Habría que multiplicar las escuelas, las cátedras, las bibliotecas, los museos, los teatros, las librerías. Habría que multiplicar las casas de estudio para los niños, las salas de lectura para los hombres, todos los establecimientos, todos los refugios donde se medita, donde se instruye, donde uno se recoge, donde uno aprende alguna cosa, donde uno se hace mejor”.

Unas palabras, estas de Hugo y aquellas de García Lorca, que habría que esculpir en todos los parlamentos del mundo. Sin el pan del espíritu, sin los libros, la educación, los teatros y los museos, la música y el arte, sin esos saberes injustamente considerados inútiles porque no producen beneficios, será imposible educar a los jóvenes en la solidaridad y el amor al bien común. Corremos peligro de cultivar una humanidad cada vez menos humana y más egoísta, presa fácil del odio, el racismo, el antisemitismo, la homofobia, las injusticias y las desigualdades sociales y económicas.

Por eso, incluso en plena pandemia, para mantener abiertas las librerías y las salas de conciertos, los colegios y las universidades, las bibliotecas y los teatros, es necesario asumir los mismos peligros que podemos correr cuando decidimos dejar abiertos los supermercados y los centros comerciales. Pensar en alimentar solo el cuerpo sin alimentar el espíritu significa fomentar la desertización de la mente. Significa dar la razón al cura reaccionario imaginado en un poema cómico escrito en dialecto romano por el poeta Giuseppe Gioacchino Belli: “Tú coge un libro en ayunas y luego / de tenerlo en la mano varias horas / dime si sientes hambre o si estás lleno. // ¿Qué predicaba el cura en la Misión?: / que “los libros no son para cristianos, / ¡no los leáis, por el amor de Dios!”. En otras palabras: que con “la cultura no se come”. Pero, recurriendo a otro verso de Belli, si nos olvidamos de que la ignorancia es un mal tan peligroso como la miseria, la humanidad no tendrá futuro

Porque entre varios ojos vemos más, queremos construir una mejor web para ustedes. Los invitamos a reportar errores de contenido, ortografía, puntuación y otras que consideren pertinentes. (*)

 
Título del artículo
 
¿CUÁL ES EL ERROR?*
 
¿CÓMO LO ESCRIBIRÍA USTED?
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO

Datos extra, información confidencial y pistas para avanzar en nuestras investigaciones. Usted puede hacer parte de la construcción de nuestro contenido. Los invitamos a ampliar la información de este tema.

 
Título del artículo
 
RESERVAMOS LA IDENTIDAD DE NUESTRAS FUENTES *
 
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Teléfono
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO
LOS CAMPOS MARCADOS CON * SON OBLIGATORIOS
Otros Columnistas