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Enrique López Enciso
Columnista

Enrique López Enciso

Publicado

Patinetas

Por Enrique López Enciso

ealopezen@gmail.com

No es fácil hacerse una opinión en el tema de las patinetas eléctricas, los vehículos que ruedan cada vez más por las calles de las ciudades colombianas, allá donde la loma lo permite. Lo primero que se advierte es que es un tema universal, hay una verdadera fiebre global de las patinetas eléctricas. Por tanto, puede encontrarse abundante literatura al respecto.

Hay ciudades donde no han sido la mejor experiencia y se reconocen algunos de los cuestionamientos al uso de ese medio de transporte que se hacen en Colombia. Algunos dicen que el principal problema es que los riesgos se multiplican para las personas, tanto para los peatones como para los conductores. Los accidentes en muchos casos llevan a lesiones graves.

De otro lado, en su gran mayoría las patinetas son alquiladas por medio de plataformas digitales que disponen del espacio público para estacionarlas. La ausencia de una base fija para depositarlas hace de las patinetas unas particulares habitantes de las ciudades, regadas por todas partes. Eso sin mencionar el espectáculo de las camionetas en que las recogen, con las luces verdes de las patinetas titilando al mismo tiempo y creando un espacio fantasmagórico en la parte de carga de los vehículos.

En realidad, ese no es un problema de las patinetas como tal, sino del modelo del negocio del arrendamiento. Si no hay base fija es porque se supone que se está solucionando la necesidad de transporte de último tramo que tiene el usuario y esto requiere que se pueda estacionar fácilmente el vehículo. De ahí el caos. Son más interesantes las preguntas acerca del destino de las baterías de litio que dan energía a la patineta.

Muchos de los reparos pueden solucionarse con una adecuada regulación. Ya empiezan a crearse normas para dar una mejor seguridad en la utilización de las patinetas. La obligación del casco y de protección adicional puede reducir el riesgo de lesiones graves, pero lo fundamental es separar las patinetas del tráfico vehicular y de los peatones, y darles la posibilidad de usar vías alternas. También está el factor de la educación para mejorar el uso del vehículo y sus posibilidades.

Otros dicen que las patinetas llegaron para quedarse. Pronto el automóvil individual contaminante será un vestigio del pasado. A medida que las ciudades crecen se vuelven cada vez más lentas, la velocidad de circulación es cada vez menor. Las cosas se irán agravando a medida que la población continúe migrando hacia las ciudades. Y esa es la razón del surgimiento de varias propuestas de movilidad para descongestionar las vías.

La fórmula más común es desestimular el uso del automóvil y animar el del transporte público. La patineta eléctrica, y las bicicletas, representan una solución más radical: es un tipo de transporte que ofrece una solución más personal, que dejará atrás los rieles y los vagones colectivos. Tal vez lo que falta para un veredicto es probar una patineta, algo que parece además muy lúdico.

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