Hace poco se conoció la lista de los mejores columnistas de Colombia según encuesta elaborada por la firma Cifras y Conceptos. Diría que quienes aparecen allí, personas valiosas y con grandes méritos, la mayoría de ellos elocuentes en el análisis de la realidad nacional, inclusive obstinados en buscar la verdad, son periodistas claves para este momento del país. Unos más rigurosos que otros, en general estos columnistas comparten su afán por denunciar y escribir sobre política, corrupción o violaciones de los derechos humanos. Lo cual si bien evita que estos hechos que se repiten a diario se nos hagan paisaje, también nos vuelve monotemáticos y excluye del panorama periodístico otros tópicos con igual o mayor valor que los atrás mencionados.
En efecto, el periodismo científico ha tenido diferentes iniciativas que buscan reivindicar la ciencia y tecnología como herramienta de esperanza que delinee una mejor sociedad, un país más ilustrado e interesado por temas que generen nuevas dinámicas, posibilidades e intelectualidad, y por qué no, orgullo a los colombianos.
La antigua Colciencias realizó esfuerzos enormes buscando llevar la ciencia a los colegios para sembrar la semilla en futuros profesionales. A decir verdad, una sola institución y con presupuestos tan bajos, tal vez lograba mucho con tan poco. Iniciativas particulares como NOTICyT nacen en el año 2003 y con gran entusiasmo logran acumular alrededor de 700 periodistas en Iberoamérica y muchas de sus publicaciones enfocadas en difundir los desarrollos de colombianos en laboratorios en nuestro país y en el exterior.
En la actualidad existe la Asociación Colombiana de Periodismo Científico con un poco más de 60 miembros entre periodistas y científicos que luchan por mantener a flote un tema trascendental, no solamente para sacar del ostracismo a tantas mentes brillantes que tiene Colombia, sino también para generar esperanza y llevar al pueblo colombiano noticias que alienten en medio de tanto amarillismo.
Esta asociación logró conseguir para el 2021, en alianza con el Medellín Convention and Visitors Bureau, la Conferencia Mundial de Periodismo Científico que, sin lugar a dudas dejará de nuevo a Medellín y a Colombia en el panorama global de noticias positivas. Gracias a este evento, con seguridad, se darán a conocer en otros países cientos de historias de gente buena que trabaja de sol a sol escribiendo con inspiración y mística para un mejor país.
En esta línea, uno de mis columnistas preferidos es Pablo Correa de El Espectador. Escritor serio, quien se dedica a los temas de Ciencia y Tecnología, y con buen criterio y mejores argumentos sabe poner siempre el dedo en la llaga. Sus artículos sobre la falta de presupuesto para los investigadores en Colombia y, hasta uno en el que logra poner en duda de si el doctor Jorge Reynolds inventó el marcapasos, son tan iluminadores como necesarios y merecerían más lectores.
Ojalá en un futuro cercano veamos a Pablo Correa o tal vez a Santiago Vargas Phd en Astrofísica y columnista de El Tiempo en la lista de columnistas más influyentes en Colombia. No solo por ellos, sino porque de ser así, esto implicaría que el país va por buen camino. Y que hemos superado las mezquindades políticas o a la corrupción como temas que nos ocupan el día a día. El día que la ciencia cautive al público colombiano como cautiva una noticia amarillista, probablemente seremos un país más desarrollado.