La sociedad prospera si la existencia de un propósito común que no anule el de los individuos, disciplina, orden y la promoción del ingenio, superan la entropía y las debilidades propias de una organización compuesta por seres humanos falibles, constituidos en organizaciones defectuosas, con información inadecuada o incompleta y con recursos insuficientes. Pero cuando la sociedad está débil, un factor interno, o uno externo como una infección, la pone en crisis.
Hipócrates, uno de los pilares del...