Por Samara Klar y Christopher Weber
Arizona no ha votado por un candidato presidencial demócrata en 24 años y el estado no ha sido representado por dos senadores demócratas en más de 65 años. Así que nos encontramos en un lugar históricamente extraño: Joe Biden tiene una pequeña pero consistente ventaja sobre el presidente, y Mark Kelly, el candidato demócrata al Senado, tiene una ventaja en su campaña contra su oponente republicana, Martha McSally.
¿Por qué Arizona de repente es un estado en disputa?
La respuesta se atribuye frecuentemente a cambios en la demografía de nuestro electorado. Es cierto que la población de Arizona es cada vez más urbana, con educación universitaria y latina, tendencias que favorecen al Partido Demócrata.
Pero esta afluencia de grupos de tendencia demócrata no explica el cambio. Después de todo, las proporciones de republicanos y demócratas registrados en Arizona se han mantenido notablemente estables: los republicanos registrados superan en número a los demócratas registrados.
Lo que ha cambiado es que más republicanos no están votando por el candidato del partido en las elecciones para cargos nacionales.
Eso llega al corazón de por qué Arizona se ha convertido en un estado en disputa. Lo que quieren los partidarios ya no se refleja necesariamente en lo que sus partidos tienen para ofrecer: la gente de Arizona, a menudo demócratas y republicanos moderados, se han dejado en juego en el medio, mientras que los candidatos de los partidos principales a menudo se han movido a extremos opuestos del espectro ideológico.
Y ese es un factor pasado por alto pero esencial para explicar nuestro estado cambiante: el Partido Demócrata de Arizona está dirigiendo sus mensajes de manera más efectiva para alinearse con los votantes moderados del estado.
Eso es lo que encontramos cuando en las últimas semanas y en colaboración con el Laboratorio de Política de Arizona, preguntamos a más de 1.100 arizonenses sobre sus puntos de vista sobre los candidatos, partidos y temas clave. Los demócratas de Arizona son desproporcionadamente moderados, al igual que quienes se identifican como independientes. Incluso casi dos tercios de los republicanos, típicamente el grupo más ideológico del estado, se describen a sí mismos como moderados o simplemente conservadores.
Les pedimos a los arizonenses que calificaran los partidos estatales en relación con los partidos nacionales en una escala ideológica. Grandes proporciones de demócratas y republicanos ven a su propio partido en Arizona como más moderado que lo que ven en Washington. En otras palabras, existe un acuerdo bipartidista entre los arizonenses: las élites de Washington están más allá en los extremos ideológicos que las personas que viven aquí en nuestro estado.
Cuando se trata del coronavirus, más del 80 por ciento de los republicanos en Arizona informan que a menudo usan una máscara y la mayoría apoya un mandato de máscara, algo que Trump se ha negado a respaldar.
La campaña de McSally intenta persistentemente presentar a Kelly como un izquierdista radical: en el único debate senatorial de la contienda, McSally se refirió repetidamente a su oponente como “Kelly falso”, mientras trataba de presentarlo como un izquierdista radical encubierto. Pero la propia Sra. McSally ha luchado por transmitir una postura moderada: cuando se le preguntó durante el debate, no dijo si estaba “orgullosa” de su apoyo al presidente. Kelly está llevando a cabo una campaña centrista mientras intenta apelar a la mentalidad moderada de Arizona.
Descubrimos que tanto el Sr. Biden como el Sr. Kelly son especialmente populares entre aquellos que califican a los demócratas en Arizona como más conservadores que el partido nacional. Un informe reciente del Arizona Daily Star sugiere que casi una quinta parte de los republicanos en el azul profundo del condado de Pima están apoyando a Biden. Nuestro análisis a nivel estatal muestra que el 10 por ciento de los republicanos apoyan al Sr. Biden, lo que, en una contienda cuerpo a cuerpo, podría marcar una gran diferencia.
Las tendencias demográficas sugieren que Arizona se está moviendo hacia la izquierda ideológicamente. Pero una mejor explicación podría ser que el estado se está moviendo hacia el centro ideológico, y ahí es donde se ubican los candidatos ganadores.
