Por Germán Vallejo V.
Lo que estamos viviendo en Colombia y en el mundo, ¿es un problema social o político, o la repercusión social de una falla en la educación y, sobre todo, en los hogares? ¿Será cierto que los jóvenes que causan destrozos no han tenido oportunidades? Porque la educación gratuita en el Sena ha existido siempre. Y las bibliotecas, los programas de alimentación escolar y la matrícula cero en las universidades no son asunto nuevo.
¿No será que lo que está fallando es la educación en el hogar? Hacen bien las parejas jóvenes que deciden no tener hijos si no están dispuestos a dedicarles el tiempo que necesitan.
En la familia que convive en equipo y tiene responsabilidades, por más que haya pobreza, luchan por salir adelante. Porque la educación con límites y valores, con derechos pero también cumpliendo deberes, da entre otras cosas, capacidad de logro, voluntad para alcanzar una meta a base de esfuerzo, persistencia, disciplina, autocontrol.
Un joven que ha sido educado con deberes tiene claro que nada valioso se consigue de manera fácil, que “quien busca encuentra”, que las oportunidades están ahí, solo que exigen esfuerzo y dedicación