Una pregunta que se me ocurre cuando me cuentan que el alcalde lleva chamanes a su oficina, brujos, pitonisas y el cuento está reforzado con videos y fotos. ¿Será que eligieron a alguien que nunca mostró la verdad de lo que era? ¿Será que lo del diablo, para celebrar el nacimiento del niño Jesús, del redentor del mundo, no fue casualidad? Creo que se equivocaron quienes votaron por él. No son mojigaterías, es que cada cosa debe ser al tiempo debido. En Medellín se sacan varias representaciones del diablo en el desfile de Mitos y Leyendas y todos lo celebramos y aceptamos. Pero nunca para la celebración del nacimiento de Jesús. En Santa Fe de Antioquia, a finales de diciembre, se celebra la fiesta de los diablitos y nadie dice nada porque esa celebración se hace en su momento y no para celebrar el nacimiento de Cristo. Cada cosa a su tiempo.
Me imagino qué pasaría en la Plaza Roja de Moscú si en la celebración del símbolo del comunismo, la Hoz y el Martillo, ¿se le ocurre a alguien presentarse con la Cruz, símbolo del cristianismo? O hace unos años, en Berlín, cuando veneraban el símbolo de nacismo, ¿hubiera aparecido alguien con la Santa Cruz de Jesús? Ninguno de estos atrevidos hubiera vivido para contar el cuento. Al alcalde lo eligieron para gobernar una ciudad de mayoría cristiana y ese alcalde debe respetar las costumbres y creencias de la comunidad.
No son mojigaterías, es el respeto el que se debe imponer en la administración pública. Que haga sus sesiones de espiritismo, está bien, a mí también me producen curiosidad esos temas, pero no debemos imponérselos a nuestros gobernados. El buen gobierno empieza por el respeto.
El tiempo de un administrador público pertenece a la comunidad. Todo el tiempo hay que dedicárselo a los habitantes de la ciudad. No vivimos un momento fácil para Medellín: La violencia sigue en las calles, la inseguridad es manifiesta, el tráfico complicado como nunca, la falta de la presencia de los guardas de tránsito se nota, el transporte público privado cada vez se complica más y la indisciplina de los usuarios está presente, no se utilizan ni se respetan los paraderos para los buses. Eso no se arregla con humito, dibujitos o pinturita. Hay que aplicar la autoridad que le dieron los votos en los que se apoyan las democracias.
Para gobernar el tiempo se agota, es muy corto el período, no se puede perder minuto. Ya vamos casi en el 25 % del período y todo sigue igual, o peor. Hay que hacer cambios positivos en las políticas administrativas y no aumentar la burocracia para que otros, también sin experiencia, lo hagan. Las calles invadidas de venteros ambulantes desorganizados, ocupadas por los indigentes, mientras tanto, la administración discriminando entre tendencias sexuales, creando nuevos cargos para un manejo con discriminaciones.
Alcalde: ¡El tiempo se agota y de eso no dan más!.