Hechos significativos en los últimos días han facilitado que el país viva momentos de satisfacción y optimismo. La movilización multitudinaria en diferentes ciudades del país y del mundo el pasado viernes 26 de julio, en defensa de la vida de los líderes sociales y defensores de derechos humanos, fortaleció la esperanza de vivir en paz. La decisión del presidente Duque de acompañar la marcha en Cartagena indica que sí es posible coordinar acciones entre personas con diferentes convicciones, cuando se entiende que los intereses del país están por encima de los apetitos grupales.
La victoria de Egan Bernal en el Tour de Francia fue un hecho meritorio y admirable que despertó la alegría en todo el país, a la vez que evidenció características de la población colombiana como el tesón, el compromiso, la disciplina, la resiliencia y el orgullo patrio.
Otra circunstancia relevante, pero opacada por las dos anteriores, la constituyó la presentación del informe preliminar de la Comisión de Excelencia Militar. Dicha comisión, designada por el presidente de la República y compuesta por reconocidos juristas, surgió como resultado de los artículos del periódico New York Times y la revista Semana, en las cuales se planteó el presunto resurgimiento de los falsos positivos y significativas fallas éticas en la institución castrense. Afortunadamente, y para bien del país, de la democracia y de la institución castrense, el informe concluye que la doctrina y la normatividad operacional de la Fuerza Pública guarda armonía con los principios y reglas del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
Acompañan a esa importante conclusión siete recomendaciones que ameritan análisis y discusión por parte del gobierno, el sector defensa y la ciudadanía en general. En ellas, dicha comisión sugiere reexaminar y actualizar los indicadores utilizados para medir la efectividad de los resultados operacionales; enfatiza que los incentivos y estímulos en el cumplimiento de la misión deben estar alineados con los objetivos estratégicos; propone ampliar los medidores de éxito e incluir la percepción de seguridad de la ciudadanía, la libertad y facilidad de movilidad terrestre, fluvial y aérea, y fortalecer el control interno para disminuir el número de investigaciones actuales en la Procuraduría y Fiscalía. Sugerencias válidas, en cuanto las Fuerzas Militares Colombianas se caracterizan por su alta adaptabilidad a las circunstancias cambiantes, a las transferencias culturales, e interiorizan el creciente valor de la dignidad humana.
También recomienda organizar las normas en materia de seguridad y defensa, compilando toda la legislación al respecto que se encuentre dispersa. Yo opino que más que una tarea de compilación existe la necesidad urgente e inaplazable de estructurar y promulgar la ley de seguridad y defensa nacionales, de la cual carecemos. Como contexto, debemos visualizar unas fuerzas militares con una sólida estructura axiológica, una visión antropocéntrica y más nacionalista que gregaria, de manera que sirva de referente y apoyo en los aspectos de índole cultural, doctrinal y pedagógico de la nación.
La próxima semana se reúne el presidente con la cúpula militar para analizar el informe previo de la comisión. Ojalá ello constituya mojón en el proceso en curso de finalizar ochenta años de errores y de horrores, un absurdo ético y político, donde la víctima principal ha sido nuestra sociedad en su conjunto.