viernes
7 y 9
7 y 9
Según la revista Selecciones del Reader’s Digest, la risa es un remedio infalible.
Según Freud, “el humor es el mayor mecanismo de defensa del ser humano, un instrumento que permite equilibrar las emociones y elaborar las frustraciones”.
Según los taoístas de la antigua China, la salud de una persona es proporcional a las veces que se ría durante el día. Y los chinos saben cositas...
Según estudios médicos, cuando nos reímos el cerebro manda la orden de segregar endorfinas, unas sustancias que también son conocidas como “hormonas de la felicidad”, con propiedades similares a las de la morfina, de modo que alivian el dolor y producen estados de placer y bienestar. Y no solo eso: Un buen ataque de risa espanta las preocupaciones, nos ayuda a descargar tensiones y a combatir los miedos y la timidez, porque facilita la comunicación con los demás. Además, estimula la imaginación y la creatividad, entre otros beneficios.
Pero reírse no solo ayuda al estado anímico. El cuerpo también gana: Los espasmos de las carcajadas fortalecen el corazón y los pulmones, lo que ayuda a prevenir infartos. El insomnio, que tantas veces se cuela en nuestra cama sin permiso, vendría con menos frecuencia. Tiene un efecto tonificante sobre la piel. Regula la presión arterial. Mejora la respiración. Despeja nariz y oídos y refuerza el sistema inmunológico. ¡A mí que la plata me la den en risas!
Pero una cosa es reírse y otra es burlarse. Reírse es un mecanismo de defensa y de distensión que puede ser útil y, ya lo vimos, muy beneficioso. Burlarse, en cambio, es un mecanismo de ataque que denota desprecio por el problema y por las personas involucradas.
Los colombianos en particular, que salimos de una avalancha de malas noticias para naufragar en otra peor al día siguiente, hacemos gala de un ingenio muy agudo para hacer un chiste de todo lo que pasa a nuestro alrededor. Reír para no llorar frente a nuestra convulsionada realidad cotidiana. Y todo sirve de insumo: Las metidas de pata, las imprudencias, las malas decisiones, un mal momento en la vida de alguien, los peores casos de corrupción o los colmos de los que manejan los hilos del poder. Cualquier noticia que suceda en el día a día es convertida de inmediato en un meme, en una chanza o en un chiste que puede ser inocente, que incluso podría inducir a la reflexión; o que puede ser cínico y agresivo, carente de tino y de prudencia, que, por lo general, termina haciendo más daño que beneficio.
Se dice que el humor es cosa seria. Y, sin duda, el humor sano constituye un instrumento que aporta en momentos difíciles para mantener la calma, la cabeza fría y la racionalidad.
La burla, cuyo blanco suelen ser las diferencias, la diversidad, los defectos físicos o las tragedias ajenas, es denigrante, discriminatoria y ofensiva. De mal gusto, como el burletero, que acaba siendo un mal chiste en sí mismo. Un payaso que asusta, que espanta, que agrede. Un payaso lastimero que nada aporta a nadie, ni rabia
