La reciente decisión del presidente Trump de terminar con el papel de Estados Unidos en la Organización Mundial de la Salud (OMS) tendrá efectos devastadores en la salud mundial y beneficiará al Partido Comunista Chino (PCC). A lo largo de la crisis de covid-19, el PCC ha llevado a cabo una campaña agresiva de mensajes y desinformación con objetivos paralelos: restaurar su imagen después de una respuesta fallida a la pandemia y sembrar la discordia entre naciones europeas sobre el compromiso estadounidense en el extranjero. Por otra parte, salir de la OMS envía el mensaje de que el mundo no puede contar con los Estados Unidos.
Durante esta pandemia, los líderes de la OMS han tomado decisiones cuestionables, especialmente hacia el PCC, pero la organización aún cumple un papel fundamental en el esfuerzo por mantener nuestro mundo saludable. Podemos estar en desacuerdo con el liderazgo de una organización mientras apoyamos su misión. Las coaliciones internacionales son esenciales para combatir los desafíos mundiales; deberíamos fortalecer nuestras alianzas, no desmantelarlas.
La OMS ha ayudado con la erradicación de enfermedades como la viruela y aborda las amenazas a la vida humana como el sida, la malaria y la tuberculosis. Sin el liderazgo estadounidense en la OMS, será más difícil coordinar esfuerzos para prevenir la propagación de enfermedades y dolencias en todo el mundo. Debemos reparar la organización para que pueda continuar su trabajo.
Los virus no respetan fronteras y, debido a la lenta reacción de China ante la covid-19, se propagó. La OMS se mantuvo repetidamente al margen mientras el gobierno chino tomó varias decisiones perjudiciales. El PCC ocultó el virus del resto del mundo durante más de un mes; evitó que las muestras de virus llegaran a los investigadores; detuvo a médicos en China que trataron de frenar la propagación del virus; y mostrado racismo flagrante contra ciudadanos africanos en China.
A lo largo de esta pandemia, el PCC ha permitido que su visión individual y centrada en el mundo dicte cada una de sus acciones, mientras que el resto del mundo lidia con la crisis económica relacionada. El gobierno chino buscó deliberadamente limitar el acceso a muestras del virus. Falsificó información sobre el número total de casos. Y difundió información errónea a nivel mundial para mejorar su propia imagen.
Estas preocupaciones son compartidas por nuestros aliados. Sé esto porque, en un intento por obtener claridad sobre el papel de la OMS en estos temas, escribí cartas a todos los países con los que Estados Unidos tiene relaciones diplomáticas, pidiéndoles que busquen respuestas de los directivos de la OMS a varias preguntas importantes que aún no se han respondido.
Algunas de mis preguntas fueron: ¿Por qué los líderes de la OMS no reconocieron que el gobierno chino ha negado repetidas solicitudes por parte de la OMS que datan hasta febrero de este año, para tener acceso a muestras virales, muestras clínicas y otra información pertinente? ¿Fue la OMS presionada por el gobierno chino para retrasar la declaración de covid-19 como pandemia? ¿Por qué la OMS no reconoció públicamente que el gobierno chino está censurando su propia investigación de covid-19, silenciando a los médicos e investigadores?
Han llegado respuestas de todos los rincones del mundo –desde Hungría, a Timor Oriental, a Tailandia–, y muchos hacen eco a nuestras preocupaciones.
Es posible que la OMS haya venido presionando al partido chino por meses para que entregue muestras del virus al resto del mundo. Pero no lo sabemos, y entonces parecería que una organización que financiamos nos ha estado fallando.
De ninguna manera está la OMS involucrada en todos los malos actos de China durante esta crisis, pero sí creo que tiene que dar explicaciones en cuanto a sus decisiones que parecen alinearse con las metas del liderazgo chino. Deberíamos contrarrestar el ascenso de China y responsabilizarlo, no financiar los objetivos del PCC.
Estados Unidos, como miembro de la OMS, ha pagado a la organización más de US$400 millones en cuotas este año y merecemos respuestas. Nuestros aliados también quieren respuestas y para obtenerlas necesitamos mostrar liderazgo global y trabajar con naciones de ideas afines.