Por David E. Santos Gómez
Este 2021, del que ya se nos fue un mes, reconfigurará el poder en tres países suramericanos que están llamados a elecciones generales. Atormentados por la pandemia, con crisis económicas como en todo el hemisferio y con la angustia de procesos de vacunación dispares y lentos, Ecuador, Perú y Chile, escogerán presidente en lo que puede significar un nuevo balance geopolítico del vecindario esta vez favorable al centro y a la izquierda.
En Perú, que asistirá a las urnas en abril en un ambiente político enrarecido por los juicios a los gobernantes más recientes, y en Chile, que lo hará en noviembre como colofón de una profunda crisis social arrastrada desde el 2019; las candidaturas aún parecen dispersas. Es posible que, en ambos casos, la moneda caiga del lado de candidatos que apuestan a una renovación de izquierda, casi segura en el país del sur, como eco de la impopularidad de Sebastián Piñera.
En Ecuador el panorama parece un poco más despejado. El próximo domingo 7 de febrero elegirá entre 16 candidatos, aunque solo dos despuntan con opciones reales. De un lado, Andrés Arauz, heredero de Rafael Correa, y del otro Guillermo Laso, viejo conocido del conservadurismo de ese país. La disputa, entonces, como ocurre en buena parte de Suramérica con bipolaridades políticas marcadas, será entre correísmo y anticorreísmo. Por ahora, según las encuestas, Arauz lleva una leve delantera, pero sería incapaz de ganar en primera vuelta, y allí, seguramente, entrará aún con más fuerza el discurso del posible regreso del expresidente a la arena pública ecuatoriana. Un triunfo de Arauz dejaría el camino expedito para un retorno a las políticas públicas que se impulsaron entre 2007 y 2017 en ese país y a las cuales el actual mandatario Lenin Moreno dio la espalda una vez tomó posesión en Carondelet.
Tras una primera década del siglo en la que la izquierda fue hegemónica con figuras como Chávez, Lula, Evo o Correa y luego un lustro en el que la derecha logró tomar aire con las caras del hoy expresidente Mauricio Macri, de Bolsonaro o el mismo Piñera, ahora, muy posiblemente, veremos una redistribución más equitativa entre los polos antagónicos del continente. En una semana seremos espectadores, en Ecuador, del primer diagnóstico sobre el efecto de una pandemia y cómo esta puede quitar del poder a aquellos que la afrontan débilmente