Estación Parte de Arriba-Abajo, a la que llegan los que se cubren con paraguas (para la lluvia) o con sombrillas (para el sol), los que tosen detrás del tapabocas y los que estornudan, pues son víctimas de la contaminación ambiental creciente y moto-ruidosa. Detrás de ellos siguen los envueltos en chaquetas y los que lucen camisetas con mensajes en inglés, chino o árabe, los que usan mocasines y otros que llevan botas, los que creen en todo sin averiguar y los que dudan incluso de estar en el sitio que ocupan, los que chupan pastillas para la garganta o ya se tomaron dos acetaminofén y los que a nada temen diciendo que ya están vacunados. Y mientras la fila crece con señoras gordas y otras secas, hombres de todos los tamaños y desempleados que están ahí por si les ofrecen algo, los cambios climáticos, que tienen que ver con distintos cambios, incluso el climatérico, se apoderan de la concurrencia que mira con ojos llorosos o luce gafas oscuras. Y es que algo está pasando.
Los meteorólogos hablan de presiones de aire, cambios de temperatura, formaciones nubosas, precipitaciones, condensaciones, etc. Y, a su lado, los ambientalistas sostienen que los cambios climáticos se deben a los aires enrarecidos con partículas de CO2, emanaciones químicas, mal manejo de los residuos peligrosos, explotación forestal indebida y minería que, con sus operaciones, desertiza la tierra. Así que unos y otros, mirando al cielo, dan sus puntos de vista, incluyendo a historiadores y eruditos que hablan de ciclos históricos (para ello se basan en documentos y en la hermenéutica), pues la Tierra cambia de estado cada tanto como cualquier ser vivo, cosa que ya se ha vivido, alegan. Y, claro, no faltan los científicos que trabajan en las multinacionales, diciendo que todo se debe a la boñiga (al gas metano y otros) expelida por la sobrepoblación de vacas.
Sea lo que sea, los cambios en el clima están dándose de manera irregular (a veces repentina) y sufren la agricultura y los bronquios, las calles con alcantarillas mal diseñadas (lo que incluye daños a negocios, casas y gente) y los que toman el sol y se asan, pues en lugar de broncearse se decoloran debido a los rayos ultravioleta, llegando al cáncer de piel. Y estos cambios, con los que la naturaleza nos dice algo, descontrolan las economías a escala y a la psicología de las personas que, fatigadas deliran y agreden en medio de estos interruptus donde el tráfico empeora, los gobiernos desgobiernan y los trabajos se afectan.
Acotación: han dicho, y es cierto, que los cambios son los que llevan al progreso. Pero cuando los cambios son inesperados (esto pasa con políticos y administradores) y se vive al azar dejando crecer los problemas, este cambiar destruye y ya no es asunto de calentamiento global, sino de malas planeaciones