Por JAIME JARAMILLO PANESSO
He leído la información sobre el Centro de Memoria Histórica, de la edición del martes 4 de febrero de EL COLOMBIANO. Me parece que el tema merece más profundidad, pues a raíz del cambio de director y el nombramiento del historiador antioqueño Darío Acevedo, las corrientes de la izquierda han demostrado que, en efecto, el Centro de Memoria estaba dirigido por personas de ese talante ideológico y que su objetivo era crear justificaciones de los grupos violentos enemigos de nuestra democracia y forma de Estado.
Darío Acevedo encontró graves situaciones administrativas, contratos a militantes sin competencia y regionales burocratizadas, ineptas. La información publicada no es falsa, por supuesto, pero tiene el sesgo de la coyuntura que desvía el problema de fondo. Una entrevista al señor Parra, quien declara que el Centro de Memoria no cumple con los objetivos internacionales que los nuevos colonizadores en esta materia, no se percatan, in situ, de los hechos que sirven para la narrativa y análisis de la violencia revolucionaria en Colombia. El señor Villarraga, cuya formación maoísta es conocida, tiene razón del desalojo del clientelismo de su cuerda política. Como lector-consumidor del medio, les solicito entrevistas de fondo con el Dr. Acevedo y opiniones de ciudadanos no marcados.