Por Daniel González Monery
Universidad del Atlántico
Lic. Ciencias Sociales, semestre 8
moneri11@hotmail.com
“A un ingeniero no lo necesitas trabajando todo el día sino 2 horas” fue la polémica frase que la gran mayoría de colombianos escuchamos con estupor de la exministra de trabajo, Alicia Arango, ahora nueva ministra del Interior, de cómo, según ella, el empleo por horas beneficiará a los trabajadores. Enseguida me pregunto yo: ¿de qué manera se podrán generar tantos empleos para que una sola persona pueda generar los ingresos suficientes para atender sus necesidades básicas y subsistir recibiendo su salario por horas, en un país donde ni siquiera se generan suficientes trabajos bajo el actual régimen?
A dos manos, como corresponde a todo gobierno corporativista, gremios y Ministerio del Trabajo se proponen conjurar la tragedia del desempleo (que en varias ciudades alcanza el 14 %) con la inoperante fórmula de degradar, aún más, los salarios. Pagar trabajo por horas o 75 % del mínimo a debutantes hasta los 25 años de edad producirá dos efectos catastróficos: arrastrará hacia el piso los salarios en la cadena laboral y acabará por eliminar lo que queda de derechos sindicales.
El pago por horas equivale a eliminar el salario mínimo legal y la pensión mínima constitucional y deprime la escala salarial que también podrá pagarse por horas. Para completar una quincena de unos 120 o 180.000 pesos, el trabajador debe estar disponible todo el día. Después de 20 años de madrugar, acumula con suerte cuatro o cinco años de tiempo para pensión. Con la reforma pensional propuesta de pago por horas, para concretar la formalización laboral, solo habría que prescindir del intermediario y esos trabajadores quedarían formalizados sin mejorar un ápice su condición paupérrima.
Otros que hoy devengan el salario mínimo o incluso más, con prestaciones como la ley manda, pasarían, con el tiempo, a esa condición de precarización laboral extrema. Simultáneamente, se recortará en igual proporción la mesada pensional. Así, haciéndole el quite a la Constitución, se alegará que la pensión corresponde al salario mínimo legal por horas. De esta manera, la formalización laboral paradójicamente llevará a la eliminación de garantías laborales. El derecho de asociación, negociación colectiva y huelga, la jornada de ocho horas, el descanso dominical y las vacaciones, hasta el mismo salario mínimo legal, serán historia. La propuesta solo contribuirá a acrecentar más la desigualdad y concentración de la riqueza, pero se presentará como una medida para favorecer al trabajador.
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