Por Anderson Hernández P.
Politécnico Jaime Isaza Cadavid
Comunicación Audiovisual, semestre 3
anderson_hernandez20182@elpoli.edu.co
En nuestra sociedad todos tienen miedo a perder, pero dentro hay una esperanza cada vez más fuerte, que nos impulsa a arriesgarnos por un fin mayor. No se trata de levantarse y que todo cambie en un instante, sino de ir tropezando en una dirección adecuada para avanzar.
Somos una sociedad adicta a creer, adicta a mantener la esperanza que nos vuelve ignorantes. Somos fieles devotos cada cuatro años de falsos profetas llenos de discursos de salvación que nos permean, ya que siempre hemos vivido en un contexto de pánico, pero también somos adictos a buscar un bienestar, somos adictos a aprender a golpes y con tantos tropiezos nos volveremos adictos a abandonar el miedo que nos rodea, así que ¿creemos tener ya los suficientes golpes?
Somos muchos pensando y en gran medida pensando similar, pero son pocos actuando y los que creen tener el poder siempre actúan, siempre están moviéndose y buscando la forma de seguir en su mandato, con miedo de perder lo que la sociedad les ha dado, así que nos mienten con palabras en vano, nos emocionan con pastillas sintéticas, nos separan con formatos de “redes sociales” y nos manipulan con publicidades que nos hacen creer que el querer y el necesitar son iguales, pero ellos continúan con miedo de que las personas se enteren, piensen y luego actúen en contra de esto, ya que liberar la verdad es obligar a pensar.
La verdad es un arma de doble filo y más en un país lleno de soñadores, que buscan en su contexto la esperanza que a veces ni hay, pero este concepto es necesario, es la forma de pensar individual para proyectarse en colectivo, es dejar de agachar la cabeza y descubrir que nosotros tenemos el poder, es saber que si no actuamos en este instante todo lo que nos rodea seguirá igual o peor, es hacer real esta realidad sintética que nos venden y más importante, es unirnos como sociedad para avanzar.
Estamos en el momento perfecto para acoger un pensamiento crítico, para dejar a un lado la autocompasión, para negarse a vender lo que somos por un instante y para actuar en contra de los hilos que nos controlan, así que ¿estamos dispuestos para un cambio?.
*Taller de Opinión es un proyecto de
El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.