Por Berna González Harbour
Seamos comprensivos. Ninguna familia resistiría el foco permanente sobre cada uno de sus miembros, ni siquiera sobre los que parecen ejemplares. Ya lo dijo Colin Firth cuando interpretó a Jorge VI en aquella maravillosa película El discurso del rey: a mis antecesores les bastaba montar a caballo con prestancia; aún no había nacido la radio y, con ella, la era en que la voz también iba a llegar a sus súbditos y no solo su estampa. Ese rey supo convertir la mala suerte de...