El doctor Iván Duque Márquez fue elegido presidente de la República por un total de 10 millones 300 mil votos. Su programa de gobierno, social, político y económico fue divulgado profusamente, en plazas públicas, en periódicos y revistas, en debates con otros candidatos, por radio y televisión, etc.
Pero ¡oh sorpresa!, una minoría que en todo el país y según entes especializados, está muy lejos de las 300 mil personas, pretende que el gobierno elegido con semejante mayoría, en históricas y pulquérrimas elecciones, negocie con ella un programa económico, social y político distinto del que aprobamos con más de 10 millones de votos, negociación que pretenden adelantar bajo la amenaza de continuar con el bloqueo de vías públicas y de las entradas y salidas de las grandes ciudades. La protesta no es patente de corso para atentar contra bienes privados y públicos de más de 50 millones de personas, como ocurre hoy, dentro de un clarísimo abuso del derecho.
Quedará el precedente: cualquier candidato que triunfe en las próximas elecciones queda expuesto, luego de su posesión, a la amenaza de tener que negociar otro programa político, económico y social, con una minoría en “paro nacional”