El periodista Daniel Coronell informó en Facebook:
“Por primera vez una persona hispana será presidenta de @theharvardcrimson, el periódico universitario más antiguo de Estados Unidos. Fundado en 1873, el periódico ha tenido como editores, entre otros, a dos presidentes de Estados Unidos: Franklin D. Roosevelt y John F. Kennedy, a los actuales secretarios de Estado, Tom Blinken, y de Transporte, Pete Buttiegeg, al actual presidente de CNN, Jeff Zucker y a la CEO de YouTube, Susan Wojciki. La nueva presidenta tiene 23 años y nació en Colombia”.
Mi mensaje a Coronell:
Casos hay en que los padres salen a sus hijos. Me late que le saliste a tu pilosa Raquel, quien me recordó la frase del padre de Tracy en la película “Testigo de cargo”: “Una buena hija le da al padre la ilusión de que sigue siendo joven”. No solo al padre, también a la madre, la Tata Uribe. Le pasaré mi hoja de vida a la Coronell, que nos salió generala, así sea para cargarle la maleta. Es la única forma que me queda para decir que pasé por Harvard.
Evocación de Juan C. Mejía:
En la tertulia-croché que funciona en las oficinas de Bernardo González, en el edificio La Bastilla, recordamos al abogado liberal Juan C. Mejía, fallecido hace dos años.
No solo los tertulianos. El exministro Jorge Valencia Jaramillo, su compañero de luchas, resumió: “Era un ser humano muy especial, y tal vez no he conocido a muchos como él”.
Personas recias e íntegras siempre hacen falta. Como levitaba con el Agua de Colonia 4711, le endosé dos frasquitos de esa fragancia que me espantaba a las féminas. Cuando me pasé a Old Spice subieron mis acciones en el mercado del amor. Feliz eternidad, dr. Juan C., ilustre doble de Epifanio Mejía.
Quieto, Calderón:
El Barquero William Calderón se despachó con sesudo sermón que envidiarían los padres de la Iglesia para vaticinar paliza a los candidatos presidenciales ateos.
Escribió el Gordo, imitando a sus paisanos Los Leopardos: “Sentirán en marzo y en mayo los politiqueros falsos ateos que su torpeza con la Iglesia ha topado, al decir del inmortal Cervantes”.
Mi respuesta:
Dejá quietos a mis ateítos, William. Vos seguí confesándote y comulgando. Ya nadie se asusta con los ateos. Hacen parte del paisaje. ¡Bendito catolicismo el nuestro, hecho para lagartear la entrada al cielo sin pagar el peaje del purgatorio!
Que Dios mande hartos ateos como Humberto de la Calle, quien hizo el milagro de convertir en chatarra parte de los fusiles de las Farc.
Alejandro Gaviria, demasiado buena papa para ser presidente, no le hace mal a nadie con su escepticismo, y el maestro Guillermo Angulo remplazó a Dios por sus orquídeas.
Vos y yo nos las damos de creyentes, pero dudo de que Dios nos tenga tiqueteados para barrer y trapear en el más allá...