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En Colombia existen dos regímenes de pensiones que compiten entre ellos, y cuatro de los que se llaman regímenes exceptuados. Uno es el de Colpensiones, se denomina de prima media (rpm) y su competencia son los fondos privados o, lo es que lo mismo, el régimen de ahorro individual (rais). Los regímenes exceptuados son ahora: el de las fuerzas militares, el de la Policía Nacional, el del Magisterio y el de Ecopetrol (se debe anotar que, con la ley 797 de 2003, los nuevos trabajadores de Ecopetrol se integran al sistema general del pensiones).
Construí con el concurso de dos expertos, Mauricio Olivera y Mario Fidel Rodríguez, un proyecto de ley basado en lo que el lenguaje pensional se conoce como de pilares. Lo hicimos inicialmente cuando ocupé el ministerio de Trabajo, con el ministerio de Hacienda y el DNP. Este modelo es el que la mayoría de los actores del sistema aceptan, pero con algunas modificaciones según su interés. Aquí van los principales puntos de lo que incluyó la propuesta:
El modelo se presentó con la frase “Más que una reforma pensional, es un modelo de protección a la vejez”. Con ello se integrarían todas las políticas de protección a la vejez como parte de la solución del problema. También se plantearon mecanismos de flexibilización, como la compra de semanas, la pensión retroactiva y el fortalecimiento de la pensión familiar.
El actual sistema presenta cuatro tipos de inequidades:
1. La diferencia entre quienes se pensionan y en general reciben un subsidio y quienes no se pensionan y reciben el saldo de sus ahorros;
2. La diferencia entre las personas que tienen la misma historia laboral, pero reciben diferente pensión dependiendo del régimen en el cual se encuentren (rpm o rais);
3. La inequidad en el subsidio a la pensión del rpm debido a que la persona que más capacidad de ahorro tiene, y es entonces menos vulnerable, recibe un subsidio mayor;
4. La inequidad entre los afiliados a los dos regímenes que no obtienen pensión, dado que los afiliados al rais reciben una devolución de los recursos cotizados en la que se reconocen los intereses, en contraste con el rpm, donde las indemnizaciones sustitutivas solo devuelven los recursos cotizados, sin intereses.
Así entonces, la desigualdad entre regímenes es quizás uno de los problemas de mayor relevancia en el sistema de pensiones.
En la propuesta elaborada por nosotros figura en el primer piso Colombia Mayor; en el segundo, los beps; y en el tercero, el pilar del rpm y el pilar del rais de manera complementaria.
Los pilares complementarios significan que todos los cotizantes a pensiones no escogen afiliarse al régimen público o privado, como pasa hoy, sino que siempre estarían en rpm y automáticamente en el rais dependiendo de sus ingresos; por ejemplo, una persona que devengue dos salarios mínimos siempre cotizaría sobre uno de ellos por Colpensiones, y el restante iría obligatoriamente administrado por los fondos privados.
El secreto es que no compitan los dos regímenes: el de Colpensiones y el de los fondos privados.
El quid en el pilar rpm (que se depositaría en Colpensiones) y en el rais (que va para los fondos privados) es que si las cotizaciones que se destinan al primero son de cuatro salarios mínimos, como propuso el gobierno, los fondos privados se quedan sin plata, pues eso puede llegar a representar el 94 % de las cotizaciones. O sea, ¿se acaban los fondos privados?
Aunado a esto, la propuesta de Gustavo Petro que consiste en “pensionar” a la gente sin pensión con $ 500.000 mensuales (lo cual involucra una reforma al artículo 48 de la Constitución, que dice que no puede haber pensión inferior a un salario mínimo), y estima beneficiar a tres millones de personas, incluyendo al 1.600.000 que ya hace parte de Colombia Mayor, acaba con los beps, pues su mesada no llega a la suma de $ 500.000 mensuales. Pero lo más inquietante es de dónde va a salir la plata. ¿Otra reforma tributaria?
