Por David González Escobar
Universidad Eafit
Ing. Matemática y Economía, semestre 7
davidgonzalezescobar@gmail.com
Tarzán. Archibaldo. Inepto. Patán. Lagarto. Bárbaro. Badulaque. Incapaz. Cobarde. Fracasado. Tipejo Peludo. Solo algunos de los insultos que hicieron viral la pelea entre Vicky y Hassan. Sin repetir, sin vulgaridades: Vicky hubiera sido buena trovadora.
Ahora bien, desde lejanía, retomemos el tema. ¿Qué podría significar este estilo de “periodismo” para Colombia? Hagamos simplificaciones groseras.
No es ningún secreto que el internet y las redes sociales le ponen un reto inmenso a los medios de comunicación. En un principio, la mayoría adoptaron una estrategia en apariencia contradictoria: ofrecer gratuitamente en formatos web un contenido por el que antes cobraban.
Hay que sumarle a esto que los ingresos por pauta en formatos digitales son mucho menores a los ingresos por pauta impresa, que también vienen en caída a medida que el público se adapta a nuevos formatos, condiciones que dificultan que los números cuadren.
Esto deja, “grosso modo”, dos modelos de negocios para los medios:
1. Depender del tráfico siendo gratuitos, a lo que le apuntaron Buzzfeed, Huffington Post o Vice.
2. O cobrar una suscripción por “contenido de calidad” digital, modelo del New York Times.
El primer modelo de negocio, que prometía arrasar con todo lo tradicional, no pudo cumplir las expectativas. Quienes lo adoptaron, hoy día se encuentran nuevamente ante dudas existenciales respecto de su rentabilidad.
El modelo del NYtimes, por el contrario, lentamente pinta ser exitoso. Poniendo la “calidad” del contenido para el usuario en el centro han obtenido resultados sumamente positivos. Pero claro, no todos tiene el nombre, historia ni prestigio del NYtimes.
Ahora bien, ¿para dónde va Colombia? Con reacción lenta, por un tiempo pensaba que hacia la emulación del NYtimes, con grandes casas periodísticas haciendo grandes esfuerzos por cobrar sus contenidos digitales.
Sin embargo, la apuesta de Semana TV, con Vicky como la ungida, altera el panorama. ¿Qué modelo de negocio busca? Hay indicios para pensar que el del sensacionalismo, el tráfico, la “dictadura del click”, que en su máxima expresión se ve como 2 minutos de “Tipejo Peludo” o entrevistar en versión libre a Aída Merlano presa en Caracas.
Prima el reino del espectáculo, los likes, las vistas. No un tema de fondo asociado a la veracidad o calidad de información que se difunde: quien consume la información, tristemente, se vuelve única y exclusivamente un producto.
¿Nos tendremos que acostumbrar a la Vi(cky)ralidad?.
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