Por Filanderson Castro
Universidad de Antioquia
Sicología, semestre 9
filanderson3@hotmail.com
Es innegable aceptar que nuestra sociedad, y entre ella nuestra ciudad, se plantea bajo el modelo de vigilancia y castigo, un sistema desfasado que le abre camino a los mandatarios para mantener a la población dependiente a sus modelos legislativos, dándole cabida al desarrollo de una corrupción sin detractores.
Las nefastas consecuencias sociales planteadas por el gran Michel Foucault sobre el ejercicio del poder en la sociedad, brindan un espacio de reflexión y autocrítica sobre aquello que hacemos y creemos es lo correcto frente a la criminalidad, sin embargo, si el método de vigilancia y castigo es el más adecuado ¿por qué los índices de homicidio no disminuyen e incluso aumentan?
Múltiples respuestas pueden encontrarse frente a esta incógnita, pero muchas de ellas nos llevan a los métodos de crianza como punto en común, no formamos niños y niñas para que no hagan ciertas cosas porque es lo correcto no hacerlas, sino porque el hacerlas traerá como consecuencia un castigo generado por un ente de vigilancia; madres, maestros, policías e incluso “dios”.
Así, bajo el mismo modelo, formamos ciudadanos que no tienen la criminalidad como un evento que deba evitarse naturalmente por convicción ético-moral, sino porque es algo que la sociedad castiga, entonces ¿por qué sigue sucediendo? Hay que tener en cuenta que la vigilancia más que un elemento de presión física es un elemento de presión psicológica y así como el estado de animo puede decaer, el efecto vigilante de las cámaras y los castigos, también; entonces, ante la disminución de la vigilancia, la población actúa deliberadamente.
En conclusión, sea conveniente o no, el modelo de vigilancia y castigo no es el mejor método para crear una sociedad libre de crimen, incluso puede ser este uno de los causantes de dicho mal, lo cierto es que solo la educación puede generar un verdadero cambio que permita que no nos sigamos desangrando bajo una solución social tan antigua como la criminalidad misma.
*Taller de Opinión es un proyecto de
El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión
joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades
e instituciones vinculadas con el proyecto.