Uno de los individuos descubiertos en Floresta, Boyacá, sería uno de los colombianos más antiguos, de acuerdo con un estudio de Lilián Andrea Casas Vargas, de la U. Nacional.
En su investigación caracterizó 46 restos óseos de tres épocas distintas, custodiadas por el Museo Arqueológico de Sogamoso Eliécer Silva Celis, reporta un informe de la Agencia de Prensa de esa universidad, Unimedios.
La muestra incluyó cinco cazadores-recolectores con 8.000 años de antigüedad, descubiertos en Floresta (Boyacá); siete individuos de la época en que se inició la agricultura, periodo conocido como Formativo –seis hallados en Duitama y uno en el Templo del Sol–, y demás individuos del periodo Muisca Temprano (775 al 975 d. C.) y Tardío (1025 al 1165 d. C.) –cinco hallados tras la excavación realizada a una de las malocas y 29 de la colección del Museo.
“De Floresta se analizaron los cráneos, algunos con dientes; del periodo Formativo se tomaron huesos largos como el fémur; y de los muiscas se trabajó con el fémur y los molares”, explicó la científica.
El más antiguo de todos los estudiados es del periodo precerámico, entre los años 7040 y 6680 antes de nuestra era. Perteneció a un pueblo de cazadores recolectores.
Además, el estudio permitió identificar algunas características de ese poblador del territorio nacional: una dieta con alto consumo de tubérculos, carne y grasa animal. Se determinó que los cráneos son alargados, angostos y altos; los dientes, en especial los molares, son grandes y presentan desgaste dental. No se observan caries, pero sí pérdida de piezas dentales por desgaste y enfermedad periodontal, describió.
Unos antecedentes
Del trabajo de Casas Vargas se desprende que uno de los individuos de Floresta estaría entre los más antiguos, pero el límite del poblamiento del país es más extenso.
Otros autores aportan datos complementarios.
En Chiribiquete, declarado hace poco como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, las pictografías rupestres que por miles se encuentran en los tepuyes (mesetas abruptas) han sido datadas de hace más de 19.500 años de acuerdo con un estudio de Carlos Castaño Uribe. Pero no se han encontrado restos de sus creadores.
Thomas van der Hammen y Gonzalo Correal reportaron en 2001 el hallazgo de artefactos en una capa estratigráfica de 16.400 años antes del presente en el sector Pubenza en Tocaima (Cundinamarca).
Y en El Jordán, Roncesvalles (Tolima) la presencia humana data de hace 12.900 años antes del presente.
En un artículo del 12 de junio del año pasado, Alberto Gómez Gutiérrez, del Instituto de Genética Humana de la Universidad Javeriana, precisa que “la aparente escasez de restos humanos prehistóricos en las zonas costeras y en las zonas selváticas del Pacífico y de la Amazonía se debe, probablemente, a la exuberancia y mayor capacidad de descomposición orgánica de estos ecosistemas. Sin embargo, algunos vestigios culturales, como las pinturas rupestres de Chiribiquete, permiten postular que los primeros pobladores prehistóricos transitaron también por los territorios orientales, incluida la Orinoquía, más de 19.000 años antes del presente”.
En la Sabana de Bogotá las primeras presencias humanas son de hace 12.000 a 10.000 años antes de nuestra era, según estudio también de van der Hammen y Correal.
Cita Gómez Gutiérrez que de todos estos remanentes los restos propiamente humanos más antiguos datados directamente hasta la fecha no sobrepasan una edad aproximada de 10.090 ± 90 años a. P.
Para este autor, los restos de Floresta son los novenos más antiguos.
De a poco se arma el rompecabezas de los primeros pobladores colombianos.
En busca de un antepasado
En la fotografía de Unimedios se aprecian uno de los restos humanos estudiados por la investigadora Lilián Casas.
El estudio no se centró solo en identificar su antigüedad sino en diferenciar genéticamente las poblaciones muiscas que habitaron el altiplano, tratando de hallar un tronco ancestral.
El estudio es un avance hacia el mapa del poblamiento colombiano.