Planes de área anticuados, problemas de comprensión, un temor reverencial por los números, entre otros problemas, revelan los resultados obtenidos por los estudiantes antioqueños en las pruebas en las que se evalúan las matemáticas.
"En una primera mirada, un primer diagnóstico, miramos las pruebas de estado, las Saber y vimos que en promedio los estudiantes sacaron 2,2 sobre 5.0", cuenta Horacio Arango, matemático, exsecretario de Educación de Medellín y asesor en temas de educación de la Gobernación de Antioquia, además de coordinador de la recién creada Red de Matemáticas del departamento.
Luego miraron otras dos pruebas de matemáticas: las Olimpiadas del Conocimiento y el examen de admisión de la Universidad de Antioquia. Las notas promedio fueron de 1,8 y 1,7, respectivamente.
"Las tres son pruebas grandes y distintas (las Saber se hacen en el Icfes, en Bogotá; la prueba de matemáticas de las Olimpiadas la hicieron los profesores de Eafit; y las del examen de ingreso a la U. de A. las hicieron allá) y dan más o menos el mismo resultado", dice Arango.
Hay, pues, un serio problema. "Miramos los tipos de libros, los planes de área, la evaluación de los estudiantes. Lo que encontramos es que los planes de área están anticuados y el problema no es solo decir que el profesor no prepara o que los estudiantes no estudian". Encontraron, además, exceso de información y falta de concentración en lo fundamental.
En un solo curso de grado 11, por ejemplo, deben ver Lógica y números reales, Funciones, Límites y continuidad, Derivación, Integración y Estadística.
Arango y sus colegas matemáticos coinciden en que un estudiante requiere hacer muy bien hecho los dos primeros capítulos para llegar a la universidad. "Se diseñaron programas, a mi entender, demasiado exigentes, que no se alcanzan a cubrir ni a evaluar. Estamos enseñando ficción", apunta.
Frente al examen
Los análisis de las diferentes pruebas encontraron, además, que los estudiantes ven mal el problema, no distinguen los diferentes sistemas numéricos, las operaciones con fraccionarios las realizan de manera equivocada, no hay evidencias de respuestas con raciocinio lógico (lo que quiere decir que se contesta al azar, en lugar de seguir una estrategia lógica).
En geometría no se comprenden las nociones de perímetro, superficie ni volumen, dice un aparte del estudio. En álgebra se desconocen las diferentes operaciones algebraicas y no se opera bien con polinomios, ni se comprenden las propiedades básicas de la factorización...
Las acciones para corregir la situación ya empezaron y lo primero fue crear la Red de Matemáticas de Antioquia, donde participa la Sociedad Colombiana de Matemáticas para la cualificación docente. Además, se impulsa el acercamiento de las matemáticas a la sociedad, así como la creación de textos y modificación de las guías de clase, todo esto de la mano de las nuevas tecnologías, pues la red tiene como punto de encuentro a Facebook y Youtube.
"A esto (la docencia) hay que ponerle más amor y más paciencia, así como vinculación con la vida real", sugiere Arango, para borrar la idea de que las matemáticas son para sabios y contrarrestar la preconcepción de la dificultad y fortalecer la condición de que son útiles.
Y fortalecer el lenguaje, claro, para que se entiendan los cuestionamientos porque, como dice el mismo Horacio Arango, "el mejor método para enseñar matemáticas es aprender a leer".
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