La pregunta es legítima. Podemos reclamar nuestra vida, esa que teníamos antes de que la tecnología la interrumpiera con su estridente actividad: ventanas emergentes de email que aparecen mientras trabajamos en un documento, notificaciones que aparecen cada segundo en el teléfono, horas en la cronología de Facebook de nuestros vecinos, o intensas revisiones de la actualidad de las miles de personas a las que se siguen en Twitter.
Para contrarrestar esto, Alex Soojung-Kim Pang lanzó un libro, Adicción a la distracción, y propone más bien una actitud de "computación contemplativa".
En seguida, algunas aplicaciones que puede llevar en su teléfono o descargar en su computador para ser más productivo o hallar el bienestar que creíamos perdido.
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