Es un tipo de moneda virtual y se utiliza para comprar en internet. Se llama Bitcoin y funciona con sus propias reglas. Fue originalmente propuesta, en 2008, por
Satoshi Nakamotola, del que se desconoce su indentidad y se cree que es el seudónimo de un hacker o un grupo. Se liberó como un proyecto de código abierto, en 2009.
No tiene dueño. Tampoco está regulado por gobiernos ni entidades financieras. "El poder se lo entrega al usuario que crea una moneda P2P (peer to peer)", explica
Julián Gutiérrez, ingeniero experto en plataformas GNU/Linux.
Esto quiere decir que cualquier persona con un computador puede expedir una moneda a través de un "bitcoin mining" (un método para extraerlos de la mina virtual). Sin embargo, para evitar que la gente indiscriminadamente cree grandes cantidades de dinero, el sistema controla la demanda con base en una fórmula matemática y así no permite que exista más de 21 millones de bitcoin en circulación.
Solo sirven para el mercado virtual, es como "la moneda de internet". Una transacción no difiere mucho de una realizada con Paypal o las que se hacen con tarjeta de crédito, "excepto porque esta se hace directamente de usuario a usuario, lo que elimina algunos servidores intermedios, que podrían ser atacados. Esto la hace más segura y más barata". Por ende, no se acarrea las comisiones que cobra el sistema financiero.
Bitcoin se denomina como "la primera moneda descentralizada del mundo" y ha sido considerada como una alternativa al dinero tradicional.
Para poder comerciar con ella, explica
Sam Judah, quien
recopiló
una serie de preguntas y respuestas sobre el tema para el diario The Financial Times, se puede adquirir en una especie de "casa de cambio virtual", disponible a través de aplicaciones en la web o en el móvil.
Cada vez que se compra un bitcoin se traslada a una billetera virtual con la que se puede transar en diversos sitios. Algunos de ellos muy populares como Amazon o Wordpress, la plataforma para crear blogs.
Sin embargo, su alcance ha ido más allá, como expone el trader
Félix Moreno, en entrevista para el sitio Yorokobu. Señala que el hecho de poder mover divisas sin pedirle permiso a nadie, ha facilitado el envío de dinero entre países, desde economías donde hay control de capitales. De Argentina a España, de forma expedita.
¿Opción legal o juego especulativo? Para
Javier Flóres, investigador de la Asociación Europea de Inversores Profesionales (Asinver), la acogida de Bitcoin por diversos sitios ha supuesto "su legitimación". Ha dejado se ser algo marginal, solo utilizado por "freaks" o programadores interesados en la criptografía, explica.
Pero, a su vez, ha traido riesgos: "no existe la trazabilidad personal y los pagos son díficiles de rastrear en un entorno absolutamente anónimo".
Cree que el éxito que ha tenido como vehículo de especulación, amenaza su utilidad como medio de pago legítimo pues aporta una excesiva incertidumbre sobre el costo de las operaciones.
"No lo aconsejaría como forma de ahorro o de inversión". Y aunque Bitcoin quizás no sea el futuro, aportó un desarrollo criptográfico y valiosas lecciones para desarrollar las monedas electrónicas como una nueva opción de intercambio futuro..