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Brasil entra en carrera nuclear

BRASIL EMPEZÓ A recorrer el camino para convertirse en una de las diez potencias militares del mundo, con el inicio de un proyecto de construcción de submarinos nucleares.

23 de julio de 2011
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Con rostro de satisfacción y la mirada fija en los ojos de Gerard Longuet, ministro francés de Defensa, la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, estrechó la mano del europeo.

Ese enérgico gesto de cooperación bilateral, sellado hace siete días, fue el pistoletazo que marcó el inicio de la construcción del primer submarino con propulsión nuclear de Latinoamérica.

El pasado 16 de julio Roussef sostenía en alto una réplica a escala del sumergible mientras le anunciaba a los medios de comunicación la construcción del astillero en el que serán fabricadas cuatro de estas embarcaciones tipo Scorpene, todas con tecnología francesa.

Desde 2009, año en que Brasil y Francia firmaron un acuerdo de cooperación militar, comenzó la capacitación del personal brasileño por parte de los europeos. La experiencia se pondrá en práctica en la Unidad de Fabricación de Estructuras Metálicas, escenario cuya entrega está fijada para noviembre de 2012.

El astillero estará listo en 2014, según la Marina de Brasil, y el Gobierno contempla que las pruebas del primer submarino, que tendrá un motor de propulsión convencional, comenzarán en 2016. Otras tres embarcaciones convencionales estarán listas en 2021 para ir calentando motores y preparar la entrada de una quinta nave, ahora sí de propulsión nuclear, en 2023.

Así las cosas, Brasil formará parte del pequeño grupo de países que tiene conocimiento y tecnología para construir submarinos nucleares.

El país suramericano, en su afán por proteger la plataforma petrolera de sus océanos, competirá por dominar esta tecnología con China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia e India. Todos ellos, países que hoy llevan la delantera en esta materia.

Jorge Ignacio Vallejo, representante por Colombia ante la Agencia Internacional de Energía Atómica, definió el desarrollo nuclear brasileño como el ejercicio de un derecho al uso de la tecnología nuclear con fines pacíficos "para salvaguardar su soberanía y proteger los recursos en el mar".

Con el funcionario estuvo de acuerdo Guillermo Holzmann, director del Área Estrategia, Seguridad y Defensa de la Universidad de Chile. Según él, el hecho ubica a Brasil como líder en términos de capacidad bélica.

"Se trata de una decisión con sentido estratégico que busca generar una posición de liderazgo que le permita a Brasil ser reconocido como potencia mundial. Mientras Brasil respete los acuerdos internacionales no será considerado una amenaza para las potencias", señaló Holzmann.

El Gobierno brasileño es enfático en que su iniciativa conlleva fines defensivos y no viola el Tratado de No Proliferación Nuclear.

Buceando en el dinero
El modelo económico implementado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva le permite al país vivir una bonanza económica desde el 2003, lo cual le facilitó a Brasil utilizar recursos para subir en el anhelado escalafón militar mundial.

Hoy el país suramericano está entre las 20 potencias militares del orbe y cada vez más, aseguran los expertos, se acerca al récord de las 10 potencias.

"Los submarinos convencionales precisan volver a sus bases y tener naves que les permitan su reabastecimiento o estar expuestos a ser detectados al mantenerse a flote mientras cargan sus baterías. El submarino nuclear no tiene esa condicionalidad", manifestó el experto.

Y es que con una inversión de 8.480 millones de dólares, el Gobierno de Rousseff espera que los recursos protegidos disparen el desarrollo económico en el país.

A más corto plazo, aseguró la mandataria, este proyecto incentivará la economía y la industria naval, pues las 36.000 piezas que requiere cada nave serán producidas por 30 empresas brasileñas, y la construcción del astillero y la base naval generará 9.000 empleos directos y 27.000 indirectos.

"Tener un submarino es una garantía de soberanía, porque la principal vía de circulación de nuestro comercio exterior es el mar", afirmó Rousseff, luego de cortar la primera lámina de acero que servirá de piel a la máquina marítima y nuclear de guerra que está por nacer en Latinoamérica.

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