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San Andrés sería el único departamento del país que podría darse el lujo de rechazar este invento colombiano.
Los 31 restantes, tienen 707 municipios con minas antipersonal diseñadas con materiales plásticos o de cristal que son imperceptibles por los detectores de metal.
De ahí que las labores de desminado sean más difíciles, riesgosas y requieran de un mayor tiempo para los miembros del Equipo de Explosivos y Demoliciones (Exde) del Ejército Nacional.
Y a este problema tan particular, el ingeniero mecánico, Mauricio Betancur, le propuso una solución diseñada exclusivamente para Colombia.
Gracias al desminado mecánico que propone este joven de 28 años, aquellas minas fabricadas artesanalmente que no eran detectadas, ahora serían detonadas o destrozadas cuando este vehículo blindado, desarmable y 150 kilogramos de peso, se acercara o pasara por encima de ellas.
Si el estadio Atanasio Girardot tuviera su cancha minada, el invento de Mauricio acabaría con ellas a control remoto desde doscientos metros de distancia en un solo día.
Su primer invento, el ANT-1, ya tiene tres minas encima y hoy permanece intacto en el Batallón de Ingenieros Pedro Nel Ospina que ha apoyado la iniciativa que desde hace siete años lidera Mauricio.
Gracias al apoyo de la Universidad Eafit, de la Alcaldía de Rionegro, la Secretaría de Gobierno de la Gobernación de Antioquia y la Campaña Colombiana Contra Minas, este joven financió su investigación y fabricó este carro que podrá salvarles la vida a muchos militares que la pierden en el intento de desactivar alguna mina.
Actualmente, la Secretaría de Productividad y Competitividad de la Gobernación, patrocina el ANT-2 que tendrá un sistema híbrido y la posibilidad de funcionar con gasolina.
De esta manera, Mauricio confirma que solo hay que pensar un ratito en el país y tener un toque de sensibilidad para fabricar ideas y soluciones. Ya se imagina exportando su carro a países como Afganistán, que también padecen este problema y sueña que nuestros campesinos desplazados puedan retornar al campo tranquilos con la certeza de no encontrarse con una mina en sus tierras.