No alcanza a darse cuenta uno del trabajo constante en laboratorios de todo el mundo para crear exámenes o nanodispositivos de toda clase, implantables, para curar diversas enfermedades o, en ciertos casos, alertar la presencia de otras.
Decir que de acá a una década varios estarán en el mercado no es ninguna falsa ilusión. Es la verdad. Los campos y posibilidades son muchos. Ya se experimentan, como ese microchip implantado en el ojo que ha restaurado la visión a personas con ceguera por retinitis pigmentosa o ciertas clases de degeneración macular, desarrollos a cargo de equipos como el de Eberhart Zhrener de la Universidad de Tübingen en Alemania.
El cáncer es uno de los objetivos más claros y cercanos de la nanotecnología, aquella a escala nano (una mil millonésima de un metro).
Y es aterrador lo que se viene. Aterrador por lo positivo, así no todos los intentos terminen en algo concreto.
Gregory Lanza , en Washington University, diseña nanodispositivos que detecten la formación de vasos sanguíneos, primer paso en la aparición de cánceres como el de seno y colon.
En Stanford University, Sanjiv Sam Gambhir, desarrolla nanopartículas que detecten el cáncer de colon cuando apenas esté en una que otra célula, emitiendo luz cuando encuentre alguna.
Para alertar cuando comience un ataque al corazón o para medir todo el tiempo los niveles de glucosa en la sangre, se diseñan dispositivos inteligentes, implantables, que lanzan la señal de alerta cuando falla el corazón y envían los datos a un computador para análisis, un avance en el que trabaja Angel Medical Systems . En el de la glucosa está empeñado GlySens.
Algunos de estos dispositivos, como los de mc10, serán flexibles y aplicados como un tatuaje temporal.
Ahora, hay otras cosas que sorprenden: un examen de sangre para detectar enfermedades mentales, como esquizofrenia. De hecho ya se ensaya el test VeriPsych, mientras Ridge Diagnostics prueba uno para determinar la depresión.
Esto, sin hablar de la medicina personalizada, basada en el genoma de cada persona.
¿Cosas de locos? Tal como en computadores y telefonía inteligente, la medicina se mueve a pasos acelerados, más de lo que podemos digerir. Y no son sueños, son hechos a la vuelta de la esquina.
¡Qué distinto será el médico de nuestros hijos y nietos!
Maullido : y decía Santos que iba a llover menos. Si uno no sabe de un tema, mejor no abrir la boca.
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