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HISTÓRICO
Cuentan los que vieron que...
  • Cuentan los que vieron que...

  • En una discoteca de la ciudad el diablo bailó con una muchacha.
  • La historia se repite sin cesar, pero no hay evidencia real de que haya pasado.
  • El del diablo y otros cuentos de apariciones ocurren por épocas.
Por
Isolda María Vélez H.

No es cuento, es verdad... le sucedió a una amiga, de una amiga de mi mejor amigo... "ella estaba bailando con un tipo, muy apuesto, todo marchaba bien, dentro de lo normal, cuando de pronto, él le dijo que no le fuera a mirar los pies... Pero como buena curiosa, ella no pudo evitarlo y ahí fue cuando vio que el hombre no tenía pies sino garras con pezuñas. El pánico se apoderó de ella y comenzó a gritar desesperada ¡el diaaaabloooo!... Entonces, las luces de la discoteca comenzaron a encenderse y apagarse...el piso se abrió, la gente corrió despavorida...

El tipo se desapareció como por arte de magia, nadie lo volvió a ver. Dicen que a la muchacha la llevaron a una clínica con un severo trastorno mental y que después murió. Y lo peor de todo es que también hay gente desaparecida, no se sabe si son tres o cuatro, pero nadie los volvió a ver desde el Sábado Santo, el día que se apareció el diablo en Mango's...".

Esta historia circula hoy por toda la ciudad. De boca en boca todos la cuentan ante el asombro de quienes la escuchan por primera vez y luego, como si fuera propia, la repiten agregándole ingredientes nuevos y horroríficos, como aquel que relataba un taxista al describir que "las paredes de la discoteca quedaron impregnadas de letreros hechos con sangre".

"Nada ocurrió en la discoteca el Sábado Santo. No hubo estampida, no hubo un solo altercado... En la calle dicen que hasta el administrador está desaparecido y que yo sepa, no me he perdido", afirma Juan Gonzalo Barrientos, tratando de entender, 22 días después, de dónde nació el cuento sobre la aparición del diablo en la discoteca que él administra.

Dicen que fue a través de una llamada anónima que hizo uno de los trabajadores del sitio a un programa para noctámbulos, en la que describió lo que acababa de contarle uno de sus compañeros que esa noche sí estaba de turno porque, casualmente, ese día él descansaba.

Lo extraño del asunto es que el espacio radial no se transmite los fines de semana, pero en la eucaristía del Domingo de Resurrección celebrada en la Plaza de Banderas, alguien contó la historia que había escuchado en la radio esa madrugada y desde entonces el relato recorre todas las esquinas, calles, oficinas y sitios donde estén reunidas más de dos personas.

La ronda del diablo
Dicen además, que el diablo se apareció en esa discoteca "por farriar en Semana Santa", pero lo que la gente no cuenta es que ni el Jueves ni el Viernes Santo Mango's estuvo abierta al público. "Como la mayoría de los establecimientos de diversión respetamos esas fechas, no abrimos", asegura Barrientos, quien se asombra de ver que la historia que una vez escuchó en los años 90 sobre la aparición del diablo en discotecas como Kevin's o Aquarius, hoy se haya reencarnado en su propio negocio.

No hay evidencia física de la ocurrencia de lo que la gente da por hecho. La joven nunca apareció en los registros hospitalarios, la Policía que custodia de manera permanente el lugar no tiene reporte de una estampida o de personas heridas el pasado 10 de abril. Tampoco ninguna autoridad ha llegado al sitio para indagar la muerte de una persona producida por heridas profundas o arañazos o investigar la desaparición de otras. La discoteca ha permanecido abierta al público, aunque se diga en las calles que estuvo cerrada para reparar el piso y limpiar las paredes....

Pero como el diablo está apareciendo en la ciudad, ahora lo han visto como taxista los fines de semana. "Cada noche, especialmente los sábados, se parquea frente a las discotecas gay del Centro y espera que algún joven suba al vehículo.... Después se los lleva y nunca más se sabe de ellos... Ya hay varios desaparecidos...".

Esta historia al igual que la de la discoteca o la de la hermosa mujer desconocida (a veces es una monja) "a la que motociclistas o taxistas prestan su chaqueta en una noche fría y que luego al día siguiente aparece la prenda sobre una tumba", se repiten de época en época, contadas por distintas personas, que siempre aseguran que "le pasó a un amigo de mi amigo...".

Son, como lo definen los expertos, mitos o leyendas urbanas, historias no comprobables que van de boca en boca hasta formar parte del anecdotario local y que encuentran mucho asidero en miedos colectivos, como aquella otra de "un hombre que perseguía mujeres en el Centro de Medellín con una jeringa infectada con el virus de inmunodeficiencia adquirida, VIH".

Según Rodrigo Valenzuela, sicólogo especialista en antropología estructural, citado en un portal de internet, los mitos son la representación socio-artística que los pueblos hacen de la realidad. "Pertenecen a la imaginería popular y son una suerte de proyección de experiencias más o menos traumáticas - a veces graciosas- que se instalan en los colectivos. Son relatos de carácter fantasioso que, sin embargo, establecen un lugar de conexión con el origen: la sexualidad, la civilización, las religiones".

Para el antropólogo de la Universidad de Antioquia, Edgar Bolívar, los mitos son consustanciales a toda sociedad. "El mito estructura lo social. Además de ser un relato, ordena, contiene un conjunto de referentes simbólicos, que tienen que ver con aspectos normativos o con ciertos modelos de conducta. Son una especie de advertencia, para recordar el orden de las cosas".

"Que las brujas no existen, es cierto, pero que las hay, las hay...", dicen en la calle ¿Fantasía o realidad? No se sabe. El sicólogo John Cárdenas asegura que "cada quien tiene sus miedos y su forma de expresarlos y representarlos". A veces, incluso, puede llegar a ser un diablo bailarín, todo es posible.

Mitos mueven otras nociones distintas de la realidad
Edgar Bolívar *
"Los mitos mueven otra noción de realidad, de verdad, son mundos simbólicos. Los episodios asociados a estos temas tienen como referencia un individuo, mujer u hombre, curiosamente ocurridas en la noche y de algún modo a la amenaza de la muerte, o a una figura demoníaca, en fin, a todo aquello que represente las trasgresiones. En una discoteca pueden estar ocurriendo ese tipo de trasgresiones. Aún sin tomar una sola gota de alcohol o consumir droga, la atmósfera pesada de una discoteca muestra otra realidad, generada por los juegos de luces, la espesa densidad de la música, los chorros de hielo seco... Fácilmente se entra en un estado alterado de conciencia. Igual ocurre en las iglesias con el incienso. Esos estados alterados de conciencia hacen que se aprecien otras realidades".
* Antropólogo de la Universidad de Antioquia.

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