En la solapa aparece un tal J. Volpi, neoyorquino, nacido en 1953, que fundó y dirigió JV Capital Management, que trabajó en J.P. Morgan y en Long-Term Capital Management y que huyó tras desfalcar su propia firma con 15.000 millones de dólares.
Memorial del engaño es, entonces, la autobiografía de este tal J. Volpi, cínico como lo son aquellos que se creen dueños del mundo, al que compraron en una burbuja inmobiliaria.
¿Por qué meterse en el mundo de la economía y de los engaños?
"Primero porque había que nací en México y me ha tocado vivir cinco crisis económicas al menos, las cuales fueron devastadoras para mi país e incluso para mi familia. Así que cuando en 2008 empecé a ver que venía una nueva crisis me pareció interesante tratar de entenderla.
No tengo ninguna formación económica ni financiera y ese fue un primer disparador en alguna medida autobiográfica y si bien la crisis no tocó tanto a Latinoamérica, si me servía como metáfora de lo que significa vivir una crisis".
¿Cómo definir eso que se llama neocapitalismo?
"A través de la novela intento mostrarlo, sobre todo, desde el punto de vista de uno de los participantes de esta maniobra: el narrador. Él es uno de los miembros de esa generación que creyeron en el neocapitalismo, el neoliberalismo, basados esencialmente en la idea de que el estado es el problema y no la solución, de que había que reducirlo al mínimo, desregular el mercado...
Y en la parte personal, que es importante en la novela, esta ideología trasciende y establece el egoísmo como un único centro de la vida de las personas, lo que se refleja en la economía, sí, pero también en las relaciones personales, amorosas, familiares..."
Ese narrador es J. Volpi. ¿Qué tanto de Jorge Volpi tiene J. Volpi?
"En realidad muy poco fuera de que compartimos una pasión por la ópera equivalente.
La novela es más un cúmulo de engaños personales, públicos, familiares y un engaño más para el lector, la posibilidad de estar convencido de que el narrador y el autor de la novela es la misma persona".
Incluir su nombre en la novela es, en todo caso, una herramienta que usted usa. Ya lo había hecho con su nombre y ahora, su apellido.
"Exactamente. Había utilizado el Jorge en un Jorge que sí se parece mucho a mí. Ahora este se apellida Volpi pero no hay parecido, más bien es la idea de que nos podemos convertir, a través de la literatura, en cualquier otra persona".
Crítica económica, crítica política, búsqueda del padre... ¿Qué es exactamente esta novela?
"Es sobre el engaño y la paternidad. Esos son los dos temas centrales. El personaje en la búsqueda del padre, con las mentiras familiares rondándolo y claro, todo esto ocurre en el contexto de, por un lado, la crisis económica de 2008 y, por el otro, la fundación del sistema capitalista contemporáneo después de la Segunda Guerra Mundial.
Entonces al mismo tiempo es una saga de familia y una novela de espionaje y sobre el capitalismo desde 1945 hasta nuestros días".
En eso de la búsqueda del padre, ¿qué tanto se nutre su novela de Juan Rulfo y de Pedro Páramo?
"Cuando supe que en esta novela el protagonista, más allá del asunto económico, estaría en la búsqueda de ese padre que no conoce, que lo abandona, pues evidentemente estaba para mí el eco de Pedro Páramo, con esa madre diciéndole: "ve y cóbrale lo que nos debe". Pero en este caso es más bien esa relación compleja con la madre que oculta la historia y la necesidad de este personaje que no tiene ningún prurito moral, obsesionado por saber si su padre en realidad era un espía comunista o no".
¿Considera que somos egoístas por naturaleza?
"El egoísmo está de alguna manera inscrito en nuestros genes. Simplemente que en esta época del capitalismo salvaje, desde los años 90 para acá, se nos ha hecho creer que ese egoísmo no solo es natural, sino bueno y que es el único motor del ser humano. Eso es completamente reduccionista, pues los seres humanos somos mucho más complejos e impredecibles que ser máquinas egoístas".
¿Podríamos contar la historia de la humanidad por sus engaños?
"Pues sí. Estamos rodeados de ellos. Uno de los mayores que hemos estado experimentando en las últimos años es el de la Guerra de Irak, una guerra que se libra en busca de armas de destrucción que no existían".
¿Hay un Jorge Volpi político en sus obras?
"No. A mí siempre me ha interesado escribir novelas políticas en el sentido de que tratan temas relacionados con el poder. En estos cuatro libros largos que he escrito a lo largo de los últimos 15 años, finalmente siempre hay esas historias de poder, sea en la Segunda Guerra Mundial como en En busca de Klingsor; las revoluciones de los años 60 en El fin de la locura; el fin de la Unión Soviética en No será la tierra y, ahora, esta parte de nuestros días en Memorial del engaño".
¿Con esa mirada suya, cómo ve Latinoamérica?
"Es un territorio tan complejo que incluso en algún libro decía que América Latina no existe. Los problemas son muy distintos en cada lugar. Tenemos democracias, sí, pero que enfrentan muchos problemas. Todavía la violencia es terrible en muchas zonas. En otros lugares la desigualdad económica es creciente.
Vivimos una época marcada, además, por la muerte de Chávez quién más allá de lo que se pueda decir era un auténtico líder popular, frente a la represión ahora de Maduro. Y vemos una izquierda que desde la muerte de Chávez se ha atomizado más".
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