El sitio web de OpenOffice colapsó la semana pasada con la cantidad de internautas que le dieron paso a su curiosidad para descargar, por fin, la versión 3.0, definitiva, de esta suite de escritorio gratuita, una de las más populares y referidas en el mundo del software libre.
La celebración de los organizadores del proyecto fue por partida doble, pues no solo liberaron la tan esperada solución, sino que celebraron en París, Francia, los ocho años de una iniciativa que pretende llevar la productividad, de otra forma, al escritorio del usuario final.
"Es una excelente herramienta, especialmente para las personas cuya labor se limita a leer y escribir cartas, a hacer unas cuantas operaciones en una hoja de cálculo y a ver una presentación enviada por internet", dice Felipe Posada, director de Proyectos Especiales de Summan.
Por ello, muchas empresas que no están dispuestas a pagar por lo que vale una licencia de similares que promueven estos esquemas, evalúan, en la actualidad, migrar hacia este tipo de alternativos.
Aunque en el caso de OpenOffice no siempre se ha trabajado con esta filosofía, por lo menos no en sus inicios, pues nació como una idea comercial de una empresa alemana, que luego la vendió a Sun Microsystems, a finales de la década del 90.
Esta nueva propietaria comenzó a liberar versiones de forma gratuita, hasta que anunció la disponibilidad del código fuente para que se pudiera crear una comunidad de desarrollo en torno a esta solución.
Fácil de aprender
Los apasionados de este tipo de herramientas desbordan en argumentos cuando hablan del tema, como le ocurre al ingeniero de telecomunicaciones y gomoso de Linux, Julián Gutiérrez, quien indica que, entre las bondades del nuevo OpenOffice, está "una interfaz conocida y fácil de aprender, toneladas de documentación en línea y un manejo eficiente de archivos".
De hecho, un archivo de texto en este sistema puede pesar entre un 30 y un 60 por ciento menos que en cualquier otra plataforma. Y lo mejor, argumenta Julián, es que cuenta con mayor compatibilidad.
Argumentos que convencen
Uno de los cambios más significativos es que se encuentra soporte para los nuevos formatos de Microsoft Office (.docx, .xlsx, .pptx); así mismo, permitirá exportar e importar documentos de PDF. Este último, uno de los cambios más esperados.
Y como si no le faltaran argumentos para convencer a los escépticos, añade otro más: eficiencia en el uso de los recursos de la máquina, como memoria, disco duro y CPU.
Esto se debe a que utiliza un sistema de herramientas integrado, que se abre una sola vez, lo que no implica tener una suite independiente para cada aplicativo.
En el caso de OpenOffice, el Soffice se adapta a lo que se va a usar, bien sea una hoja de cálculo (llamada Calc en el OpenOffice), o un archivo de texto (Writer).
Disponible para Mac
Otra de las novedades de esta versión es que saldrá disponible para usuarios de Mac, de Apple.
Julián aclara que el OpenOffice ya tenía esta posibilidad, pero "requería de cierta pericia técnica" para ponerlo a funcionar.
Al estar disponible de forma nativa para los usuarios de Mac, se podrá instalar de forma simple y permitirá compartir archivos con otros sistemas operativos como Windows o Linux, sin necesidad de utilizar conversores o software adicional licenciado.
El OpenOffice, en su versión 3.0, se puede descargar desde la página web http://es.openoffice.org.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4