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HISTÓRICO
EL PRÓXIMO ALCALDE DE MEDELLÍN
  • EL PRÓXIMO ALCALDE DE MEDELLÍN
Por DIEGO MORA | Publicado

En un año los colombianos, no abstencionistas, acudiremos a las urnas a elegir a los próximos gobernantes locales. La baraja de figuras que se empieza a mover en las ciudades no tiene fin, pues este ejercicio previo de renuncias para no inhabilitarse y poner su nombre a consideración les sirve a muchos para medirse y no perder vigencia.

Ciudades como Bogotá, Cali, Barranquilla son muy apetecidas por los políticos, ya que llegar a ser alcalde de una de ellas, representa un paso importante en las aspiraciones futuras que pudieran tener.

Por supuesto, Medellín no es la excepción y el juego político que traerá implícita la contienda electoral se vislumbra como emocionante, aunque a la vez lleno de estrategias aprendidas en la vieja escuela política y que se concentran más en resaltar las debilidades (o inventárselas) de los rivales que en mostrar las fortalezas propias. Incluso, hoy sin que ningún candidato cuente con el aval de un partido o las firmas que respalden una aspiración independiente (aun no es tiempo de presentarlas), ya son evidentes los movimientos que hacen algunos intentando invisibilizar a otros, que ni siquiera han oficializado sus intenciones. ¿Y así pretenden gobernar?

Independiente de los candidatos que se presenten, considero que el próximo Alcalde de Medellín debe:

1.  Ser un líder: la ciudad requiere un gobernante presente en todos los ámbitos que lo necesiten y no uno, como el actual, que solo aparezca a anunciar premios obtenidos y conciertos.

2.  Tener carácter: una ciudad convulsionada, como en la que actualmente vivimos, tiene que ser gobernada por alguien a quien no le tiemble el pulso para tomar decisiones, así muchas de ellas sean impopulares. Necesitamos un alcalde que no haga cálculos que se basen en el desarrollo diario de sus funciones.

3.  Conocer la ciudad: Medellín no empieza en la Aguacatala y se acaba en la Alpujarra. Es un territorio amplio y diverso, con problemas focalizados y diferentes en cada comuna, en cada barrio. Un gobierno para todos sería el mejor impulso para la capital antioqueña.

4.  Ser coherente: lo que se piensa, se dice y se hace. Lo que se promete en campaña se cumple porque es sagrado. Esa regla pocos candidatos la cumplen. En pleno proselitismo se disfrazan de algo que después nos demuestran no ser. Los paisas no se pueden volver a equivocar en su decisión.

Y son muchas más las características que deberá tener el próximo alcalde de Medellín, traigo a colación estas cuatro que me parecen obligatorias y que, en lo personal, regirán mi proceso de análisis para escoger un nombre entre los que se presenten.
Como he dicho ya en varias ocasiones en este mismo espacio, cada elección nos trae los mismos retos: votar por convicción, no negociar nuestra decisión y, el más difícil de cumplir en Colombia, acudir libre y voluntariamente a las urnas.

¿Será que los colombianos seguiremos siendo inferiores a estos tres y tan sencillos retos?
Por último: Medellín necesita un líder, con carácter, que conozca la ciudad y que sea coherente. No hay duda de que esa persona existe y ojalá que tengamos la oportunidad de elegirlo para que nos gobierne. ¡La ciudad lo merece!.

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