La semana anterior, Tips de los lectores publicó una nota sobre lo ocurrido con un hombre que en bicicleta se acercó para escupir a una mujer que esperaba el bus en el sector Camino Verde, de Envigado. Similares casos se han presentado en Bello e Itagüí y es posible que se trate del mismo hombre, que tiene en su ruin objetivo realizar estas acciones con mujeres voluptuosas.
Pero este asunto viene de tiempo atrás, no solo en Medellín, también se ha sabido de casos ocurridos en Bogotá, Pereira y otras ciudades en donde dichos sujetos no solo escupen, sino que también pinchan con jeringas los glúteos o lanzan ácido a los rostros de mujeres; todo por ese simple hecho. ¡De ser mujeres!
Y por supuesto, por la venganza encriptada de esos tipejos resentidos con el sexo femenino por la incapacidad de aceptarse como seres que maltratan la sociedad o la vida en general, faltos de valor para tolerar las desgracias que ellos mismos se han labrado.
Dice la mujer escupitada que días después del incidente volvió a ver al hombre. "Nos miramos, esperé a ver qué hacia él, parece rondando". En dicha frase radica el inmenso error que cometemos, al cambiar el lugar para tomar el bus, en lugar de buscar a agentes de la autoridad, o acudir a las mismas personas del entorno para denunciarlo públicamente y lograr su captura. Pero aun así nuestra legislación siempre tan endeble con los delincuentes; en el artículo 226 del Código Penal, ésta es una querella conciliable mas no un delito, que se sanciona con el pago de una multa ¡y listo, el agresor queda en libertad y cometiendo los mismos desmanes!
El alcalde Alonso Salazar viene recordándonos que cumplamos con el derecho y el deber de denunciar y de pedir mayor drasticidad en nuestra legislación, para así poder judicializar y someter a todos los que pretenden continuar creando zozobra en nuestra ciudad y debemos hacerlo. ¡No les temamos!
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