La competencia no está nada fácil. La Organización Mundial de la Salud indica que los niños deben consumir cinco porciones diarias de fruta. Sin embargo, el mercado ofrece infinidad de alternativas que con frecuencia seducen más rápidamente el apetito de los chicos.
La nutricionista Yadira Cortés comparte algunas ideas fáciles y divertidas para entender la importancia que tiene la fruta en la nutrición y para introducirla en la rutina alimenticia.
Las frutas son alimentos reguladores. Fuente de fibra, vitaminas, minerales y agua. Tienen muchos nutrientes pero poco aporte energético, lo que los hace densamente nutritivos.
La porción depende de la edad del niño
No se debe esperar que los niños de menos de tres años se coman una manzana entera o una docena de uvas. Las porciones deben estar acordes con su edad.
la variedad es buena parte del disfrute
Cada fruta tiene una composición distinta a la otra. La variedad es necesaria porque al combinarlas hay balance en los nutrientes que se reciben. Además evita caer en la rutina. Si un día el niño dio señales de no gustarle una fruta, se recomienda intentar de nuevo unas semanas después.
el jugo no siempre es una porción válida
Se sugiere que las frutas se consuman enteras, no siempre mezclada en jugos, pues se pierden nutrientes. La fibra, por ejemplo, desaparece cuando se cuelan los jugos, además, se agrega mucha azúcar lo que favorece el aumento de peso y, al final, mezclar la fruta con agua reduce la calidad de la porción para el niño.
mezclar con sabores que ellos amen
Una preparación de varias frutas picadas con yogur y cereal puede ser un sustituto completo de la comida de la noche y ayuda a darle un aspecto distinto a la fruta. El secreto está en ponerle creatividad y variación a los sabores. Igual aplica para los niños que disfrutan comerse los lácteos cremosos, la gelatina o los helados, por ejemplo, pues la mezcla con trocitos de fruta permite que ellos disfruten y se alimenten.
Que sea invitada de otras preparaciones
Una ensalada a la que se le piquen porciones de manzana o de fresas puede quedar sabrosa y doblemente nutritiva. En ese sentido, se puede inculcar en las familias que la fruta sea el postre del almuerzo. A una porción de papaya se le pone un poquito de leche condensada y se convierte en un postre delicioso.
Que el niño entienda las diferencias
Hay un momento en la vida de los niños en el cual ya tienen la capacidad de entender qué tipos de alimentos necesitan para crecer y estar fuertes y saludables y cuáles son pequeñas recompensas que pueden llegar después. Dice esta experta que si se le explica a un niño que el mango lo alimenta y que después del mango, si quiere, se coma un bombón, el pequeño podrá entender la diferencia y aceptar las decisiones.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6