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Innovadora y creativa. En 15 años de existencia, Google no ha dejado de serlo. Pero para el empresario español Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, el gigante de internet se ha vuelto un "mastodonte" que viola nuestra privacidad y monopoliza la información. Así lo escribe en su libro Desnudando a Google.
Cómo es que usted es usuario de Gmail...
"Google tiene más de 100 servicios y productos distintos. Diez u 8 son imprescindibles en nuestra vida actual. Y el resto son prescindibles. Unos u otros son muy intrusivos".
¿Usted convive con ellos y cómo se blinda?
"Hay que ser conscientes de que los productos no son gratuitos. Los pagamos con nuestra información y privacidad".
Usted dice en el libro que quiere ser objetivo, pero aspira a desnudar al gigante. ¿Cómo concilia esto?
"Google es una de las empresas más innovadoras y creativas. Lo que pasa es que se ha ido convirtiendo en un mastodonte, en un dinosaurio devorador de información. Ser objetivo es reconocer los méritos que ha tenido durante los siete primeros años de la compañía y criticar no ya los productos -que son muchos y son muy buenos- sino las actitudes empresariales que en ocasiones no respetan la ley ni la libertad de los usuarios".
Volverse burocrático es un problema de muchos en la tecnología, ¿por qué enfocarse en Google?
"En la historia de la tecnología ha habido tres grandes monopolios. El primero fue IBM en la década de los 80 (si te podía aplastar lo hacía: compraba tu compañía y te sacaba del mercado), luego Microsoft en los 90 (que hacía tres cuartas partes de lo mismo que IBM), y ahora Google. Lo que los hace distinto a este último es que es mucho más inteligente y pone a la opinión pública de su parte con una falacia: estamos aquí para hacerlos felices y todos los productos son gratis, disfruten de ellos".
¿Cree usted entonces que son malintencionados?
"No es que lo creo yo, sino que ha decenas de denuncias en Europa, E.U y Asia por violaciones de propiedad intelectual, de privacidad y derechos de los usuarios. La Comisión Europea les ha dado cuatro meses para cambiar su política de privacidad. Son, junto a una empresa petrolera (no la nombra), los más demandados del mundo. Tienen frentes con editores, usuarios finales, gestores de propiedad intelectual, medios..."
Su lema es organizar toda la información del mundo...
"Son tan grandes que se han convertido en el bibliotecario del mundo y tienen un auténtico monopolio de la información, no de la que indexa el buscador, sino de la personal, de cada uno de nosotros".
¿Qué preguntas habrá que hacerse frente a ellos?
"Partiendo de la base de que tiene tanta información sobre nosotros -que hasta nos conoce más que nuestra propia pareja-, ¿quién garantiza que la protege de ataques informáticos, de empleados deshonestos o de que cambie unilateralmente las políticas, y al margen de la legislación de nuestros países, diga: ahora voy a usar hasta aquí o hasta allá? Nadie nos da ninguna de estas garantías porque Google se posiciona como un ente supranacional, que no está controlado por gobiernos ni jueces y ellos marcan la línea".
Ser indexado por Google es fácil y ¿qué tal salir de allí?
"Es imposible. Yo quise que mi casa a las afueras de Madrid saliera de Google Maps por temas de seguridad. Después de enviar varios requerimientos, de llamar a España, Irlanda y Silicon Valley, la fotografía, un año y medio después, sigue ahí. Las difamaciones también son dañinas. En España hay un caso de un médico que tuvo una denuncia por la muerte de un paciente. Luego ganó en los tribunales y se indicó que no había sido negligencia. Hoy no aparecen estos últimos hechos".
¿Su libro es indexado?
"Sí y seguirá siendo así porque Google es más listo; ellos saben que crearían un problema de reputación tomar ese tipo de represalias contra la gente".