El pasado martes 9 de septiembre más de 3.500 firmas se comprometieron en fusionar sus esfuerzos para que con distintas acciones se aumente la inversión en innovación en la ciudad, de tal manera que para el 2017 este rubro represente el 2 % del PIB, y que para el 2021 Medellín sea la ciudad más innovadora de Latinoamérica. Aquí hay un compromiso real, no un eslogan.
Creer en la innovación abre el camino de la creatividad, las oportunidades, la inclusión, la equidad, la competitividad y la sostenibilidad. En ningún momento este hecho positivo desconoce las realidades y narrativas negativas que también existen en la capital. No es mirar el vaso medio lleno o medio vacío, es mirar el vaso en su totalidad, y desde la honestidad del equilibrio detrás de esta mirada, responsabilizarse con proyectos concretos con el futuro.
Es fácil para una sociedad ahogarse en lo urgente y olvidar lo importante. El problema de seguridad de Medellín, por ejemplo, es urgente, puede destruir todo el esfuerzo positivo colectivo si asusta la inversión local, nacional e internacional, es una amenaza inminente y contundente; al mismo tiempo, trabajar por la transformación y el cambio desde las personas, los contextos, las estructuras y las políticas es importante, porque es un esfuerzo esencial que trabaja por un futuro real y sostenible. Es cambiar de adentro hacia afuera.
Colombia ocupa hoy el puesto 77 del ranquin mundial de la innovación, según el Foro Económico Mundial, mientras Chile, que es el líder de la región, ocupa el puesto 48. Avanzamos del puesto 69 en el 2013 al 66, según el mismo FEM, lo cual son buenas noticias pero no suficiente. Estos datos doblegan nuestro ego. En el caso de Medellín, el sector privado aporta el 30 del 100 % invertido anualmente en innovación; según la OCDE, este porcentaje debería ser del 70 %. Está claro que tenemos mucho camino por recorrer, eso sin mencionar el déficit en otro de los grandes medidores de la innovación, el número de patentes, según Michael Porter.
Juan Camilo Quintero, director de Ruta N, se ha comprometido con varios ejes: Medellinnovation, Mi Medellín, el Distrito de la Innovación y el Global Innovation Cities Forum. Hoy tiene un gran reto ante esos 3.500 firmantes que han confiado en la entidad que lidera.
Esta es una buena oportunidad para reconocer la gestión de Ruta N e invitar a la ciudad a que durante los cambios de gobierno proteja este proyecto, como se ha venido haciendo con Epm y el Metro, de politiquería barata y clientelista.
La palabra innovación está de moda, esto representa una amenaza y una ventaja. La amenaza consiste en que "por estar de moda" la gente la malinterprete y manipule, pero bien usada, y ese es el compromiso liderado por Ruta N, es poderosa y tiene la capacidad de renovar e irradiar a la región.
SON CORTINAS DE HUMO ANTE LO REAL; LA INNOVACIÓN DEBE SER EN LO SOCIAL
Por LUIS FERNANDO QUIJANO MORENO
Director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades)
Todo este tema de la innovación que se está impulsando en Medellín olvida muchas cosas. Olvida los altos índices de criminalidad, de pobreza, de desempleo y la compleja situación que se vive en torno al clima de violencia.
Por eso, para nosotros la innovación debería ser en el campo social, en el fortalecimiento de la ciudadanía y de una institucionalidad democrática.
Lo que planteo es que promover una ciudad innovadora solo por proyectar una imagen al exterior, por mantener una imagen de que todo está cambiando, no va a favorecer a los ciudadanos de Medellín.
Progreso y criminalidad van de la mano y por eso hay que luchar contra la criminalidad, el pagadiario, las vacunas, los cinturones de miseria.
Muy bonito lo que está haciendo Medellín en algunas obras, en cambios importantes, pero ni siquiera esto le da para tener el título de ciudad innovadora y proponer pactos sin clarificar innovación para qué y con quién.
La institucionalidad de Medellín ha cerrado sus ojos ante la realidad desconociendo esa otra visión de ciudad. Y hay un proceso de estigmatización en torno a esas otras voces. Y eso es desafortunado, pues si la Alcaldía es de todos, debería estar atenta a las alertas sobre lo que la criminalidad está haciendo en el Centro o en los barrios.