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HISTÓRICO
LAS FARC Y BATASUNA
  • LAS FARC Y BATASUNA |
    LAS FARC Y BATASUNA |
Por FRANCISCO SANTOS | Publicado

Dos hechos aparentemente inconexos hacen parte de dos caras de una misma moneda.

El atentado a Fernando Londoño y la marcha patriótica son parte de una estrategia político-militar de una organización que evoluciona hacia una combinación de las formas de lucha más parecida a la de ETA y Batasuna que a la tradicional de las Farc y el Partido Comunista Colombiano (PCC).

Para nadie es un secreto, como lo relató el miliciano alias Biofilo en RCN Radio hace unos días, que las Juventudes Comunistas (JUCO) del PCC son las divisiones inferiores de las Farc y que de allí reclutan muchos de sus mejores cuadros.

Esta relación parte de una histórica y bien documentada relación Farc-PCC que incluso deja frentes con nombres de reconocidos dirigentes político-militares que hacían parte de esa perversa combinación de todas las formas de lucha, práctica de la cual aprendieron con honores años después las autodefensas.

Ahora que el caso de Sigifredo López abre la puerta de la Farcpolítica, todos esperamos que se revele la profundidad de esas relaciones políticas, sociales y económicas con reconocidas personalidades del país, de hoy y de antes.

Históricamente, las Farc han jugado a distintas relaciones con diferentes sectores de la sociedad colombiana, legal e ilegal.

Hoy, sin abandonar el partido comunista clandestino, que es fuente de milicias y logística en centros urbanos, apuesta por un nuevo frente político, la marcha patriótica, que con diversos sectores sociales espera articular un escenario político nuevo y moderno ante el desgaste e inutilidad del PCC.

¿Dónde buscar modelos efectivos de combinación de las formas de lucha? Obviamente en aquellos que fueron de gran utilidad en la expansión del conocimiento en el uso de explosivos, la ETA y el IRA, y en el manejo de esa dualidad en una democracia.

Los lazos de las Farc y de ETA son de vieja data y el atentado contra Londoño hace parte de ese conocimiento compartido político y militar que hoy adquiere nueva relevancia con el escenario de la marcha patriótica y el atentado con una bomba lapa contra el exministro.

Algunos, idiotas útiles, analizan la marcha patriótica como un escenario positivo que demuestra el inicio del tránsito de las Farc hacia la política y hacia la paz. Muchos de quienes hacen ese análisis son los mismos que adjudicaron la bomba contra Londoño a las fuerzas oscuras o a la extrema derecha. Son los voluntaristas de la paz.

Lo cierto es que la apuesta de la marcha patriótica ni es un mensaje de paz, como no lo fue Batasuna, ni es una buena noticia. Tal y como lo hizo con la Unión Patriótica, las Farc articulan cuadros convencidos en la lucha armada con esos voluntaristas por la paz poniéndolos como carne de cañón.

Los utiliza para abrir espacios políticos que se le han deteriorado, jugando de nuevo a la legalidad y la ilegalidad en una macabra recreación de escenarios peligrosísimos que llenaron este país de sangre, mucha de ella inocente.

Los 80, la Unión Patriótica, las ansias de paz, la lucha política entrelazada a la lucha armada, los muertos. Ese camino ya lo recorrimos. ¿Lo vamos a volver a andar?

Recuerdo cuando alias Tirofijo dijo que era imposible humanizar la guerra. La paz tampoco es cristalina o limpia. La hacen los guerreros cuando no ven otra opción. Las Farc aún no están ahí. El atentado contra Londoño lo deja claro.

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