Es táctil, permite acceder a aplicaciones, leer libros, ver videos y navegar. Es una tableta con todas las de la ley y cuesta 200 dólares.
¿Por fin se pudo? Jeff Bezos, CEO de Amazon se refirió a Fire, su dispositivo que saldrá en noviembre, como "producto premium a precio no premium".
iPad, de Apple, que creó la categoría, puso un punto de referencia no solo en términos de diseño y funcionalidad, sino en cuestión de valor, los que han replicado sus competidores. Por eso sorprende un punto de partida como el de Amazon.
El objetivo no es comercializar hardware, la estrategia está más por el lado de vender contenido, dice Mauricio Ferrer, gerente de Nephos Networks.
"La inversión reside en subsidiar las tabletas para lograr una aceptación masiva en el mercado". Algo similar a lo que ocurrió, décadas atrás, con las consolas de videojuegos, complementa.
La jugada parte de ofrecerla con base en un sistema operativo, el Android, que reporta crecimiento y aceptación, y que permite integrarse con su ya conocida y popular tienda virtual.
Lo interesante es que este nuevo lanzamiento no agota el mercado, antes bien, lo estimula. Según IDC, para 2013 se venderán 154 millones de tabletas en el mundo (ver gráfico).
"Ellas son la panza del mercado", dice Miguel Fauró, CEO de Zipy. Estos dispositivos, más los MID (Mobile Internet Device: de 4 pulgadas de pantalla con sistema operativo), serán ampliamente demandados porque son cómodos, cubren las necesidades y lo mejor: "son amigables", remata.
Y en este sentido la oferta puede seducir a más de uno y enfriar a otros como Netflix, con su oferta de streaming de películas y series (que ya está en el país). Sin embargo le añade un valor agregado: contenido del propietario en la nube, pero a diferencia de Apple, no estará atado a una suscripción mensual, sino que por ahora, es gratuito.
En este sentido, cubren la cadena completa como lo explica Marcos Vélez, gerente de Pragma, al indicar que ofrece desde el dispositivo hasta oferta de contenido.
¿Más cerca de la era post-PC? Es decir, terminales "bobas" que cobren vida con datos y sistemas operativos que están en la nube, es por ahora un tema en proceso. Y aunque se crea que es la gran novedad, en realidad el concepto es antiguo.
Mauricio Ferrer recuerda el libro de Ray Kurzweil, The age of Spiritual Machines (La era de las máquinas espirituales), que pronosticaba hace trece años, que la mayoría de compras de libros, álbumes de música y videos, no implicarían "objetos físicos", sino formas de acceder a contenidos que, lo que sin duda generaría nuevos modelos económicos de distribución.
Eso ya lo descubrieron hace rato Apple y Amazon. Solo falta que la tendencia se consolide.