- Vehículos hechos a mano que rayan con la perfección técnica.
- Dino y Testarrosa son dos de los modelos que circulan en Colombia
- En Medellín se sabe de la existencia de tres carros de esta marca italiana.
José Alejandro Pérez Monsalve
Medellín
Más que una marca representa un estilo de vida, sus poseedores no tienen un carro, tienen toda una cultura que se refleja más allá del vehículo. Quien no lo tiene pero lo admira ve en ellos el punto máximo de velocidad, potencia y buen gusto al momento del diseño.
Y por 60 años sus autos se han convertido en íconos de la industria automovilística. Ya sea en las pistas de las más importantes competencias, o en las calles de cualquier ciudad del mundo generan curiosidad, emoción y, no pocas veces, envidia. Son los Ferrari.
En Colombia no deben circular muchos, y en Medellín menos; pero los hay.
Se sabe de tres, aunque de uno de ellos hoy no se dar razón en dónde se puede encontrar.
Los dos modelos restantes representan, cada uno, momentos importantes en la historia de la marca italiana.
El primero es un Ferrari Dino 308 GT4 del 79 que llegó a Medellín en el año 2.000 y fue rescatado de un proceso de deterioro en un garaje en Bogotá.
El Ferrari Dino es un proyecto que se inició por el hijo de Enzo Ferrari, Dino, que quería construir un deportivo de cuatro plazas, según cuenta Mauricio Echeverri, que está al frente de la recuperación del carro. Sin embargo Dino murió en una competencia antes de ver finalizado el auto y fue su padre quien en su honor lo terminó.
Su motor (o mejor, sus dos motores) de 3.000 centímetros cúbicos y una potencia de 255 caballos y una velocidad final de 250 kilómetros. "Este es un carro que puede subir a 10 mil revoluciones tranquila y dulcemente", dice Mauricio Echeverri.
Su meta es que para el próximo mes de agosto pueda rodar por las calles de Medellín, ojalá en el Desfile de Autos Clásicos y Antiguos.
El otro Ferrari es ni más ni menos que un Testarrosa, modelo 1991.
"Cuando Enzo Ferreri ya presentía que su fin estaba cerca se encerró en la fábrica con Pinifarina para diseñar el que quería fuera el carro más importante de la marca. De ahí salió el Testarrosa", cuenta su propietario Ignacio Vélez.
El resultado, un monstruo de 12 cilindros, 400 caballos de fuerza y 300 kilómetros por hora que, en el caso del aquí registrado, los domingos despierta más de un suspiro en las vías del oriente cercano antioqueño.
Los 60 años de Ferrari también se celebran en Colombia.