Desde que la cocina se convirtió en un espacio abierto, integrado al área social, los electrodomésticos empezaron a ganar importancia. Así lo cree Alexander García , arquitecto y director comercial de Tolentino.
Esto, agrega, explica en parte que hoy, poco a poco, vaya en aumento la tendencia de invitar a ella dos "nuevos" equipos: el lavaplatos y la nevera o cava de vinos.
Para la arquitecta Natalia Echeverri , de Dell Anno Mobiliario, el lavavajillas "dejó de ser un objeto de lujo para ser algo más cotidiano". La razón: "una disminución en el precio y la variedad de marcas y opciones que ofrece el mercado".
Inclusive, añade, ya hay proyectos en la ciudad que además de la cubierta, el horno y la campana, entregan el lavaplatos dentro del paquete completo del apartamento.
Así lo confirma Sandra Tigreros , directora comercial del proyecto Papyrus, de la firma Vértice Ingeniería: "A la gente le ha encantado, han sido muy receptivos porque los mismos clientes lo estaban pidiendo".
En cifras
Quienes comercializan este producto ratifican esta tendencia, en aumento desde los últimos dos años. María Adelaida Castrillón , directora de mercadeo de la tienda Casa Magna -que tiene en su portafolio ocho marcas de lavaplatos- señala que el crecimiento en ventas entre 2010 y 2011 fue del 35 por ciento. "La gente le ha perdido el temor", afirma.
Por otro lado, Carlos Andrés Vélez , asesor de ventas de General Electric de Univentas, cuenta que de 14 lavavajillas que vendieron en el primer trimestre del 2011, este año ya tienen un registro de 21. "Ha entrado a participar desde estratos tres en adelante", apunta.
En Colombia, de 4.606 lavavajillas importadas en 2008, el año pasado la cifra fue de 10.362 de estos electrodomésticos.
El dato hace parte del estudio de mercado que hizo Industrias Haceb y que los animó a entrar en esta categoría con dos referencias de producto: uno que lanzaron hace pocos días y otro que presentarán próximamente.
"Es un mercado en el que hay que hacer un trabajo cultural pero en el que hay una oportunidad de penetración muy grande", reconoce Mónica Duque, jefe de mercadeo de la compañía.
Ahorro, su atributo
El ahorro de agua, energía y tiempo son atractivos en los que coinciden quienes comercializan lavavajillas. En cuanto al agua, Carlos Andrés Vélez afirma que con estos equipos se consigue un ahorro del 40 por ciento en el consumo versus el lavado a mano.
María Adelaida Castrillón explica que un lavaplatos eléctrico, en el ciclo más largo, solo necesita de 8.6 litros de agua.
Su gasto energético, agrega Vélez, es menor que el de la lavadora, "siendo este uno de los electrodomésticos que menos energía consume en el hogar". Complementa María Adelaida que los productos cuentan con el sello Energy Star, el cual "los certifica como ahorradores de energía y amigables con el medio ambiente". Que los utensilios salen mal lavados es otro mito que derrumban las fuentes con el argumento que, al utilizar agua caliente, la máquina "puede eliminar hasta el 99 por ciento de las bacterias".
Diseño
El diseño de estos equipos, en general, es sobrio, principalmente con frente en acero y controles digitales. Los de la línea más alta, explica la arquitecta Natalia Echeverri , "vienen paneables, es decir, que la puerta se puede revestir con la misma madera de la cocina para lograr una estética más limpia".
El precio, que oscilan entre 890 mil pesos en los más básicos hasta 6 millones de pesos los de alta gama, está marcado por la capacidad de carga y las funciones más especializadas que tenga el lavaplatos: mayor número de ciclos y métodos de lavado, accesorios internos, trituradores, filtros, programaciones, entre otros.
Una tendencia reciente en estos electrodomésticos es los que vienen con un ancho de 45 centímetros, a diferencia de los 61 que tienen los lavavajillas estándar. "Son muy cómodos para cocinas pequeñas o para personas que vivan solas", concluye Carlos Andrés Vélezn
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
